La gran banca estadounidense anunció entre la semana pasada y este martes sus resultados del tercer trimestre, superando las poco halagüeñas expectativas de los analistas y alimentando las esperanzas ahora de que la economía de EEUU se encamina hacia un ‘aterrizaje suave’.
Se trata de un escenario en el que se consigue una desaceleración de la inflación sin provocar una recesión -a pesar de la reducción de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed)- y es al que apuntan los últimos resultados de Citigroup y Bank of America, entre otras entidades.
El segundo y tercer mayor banco de EEUU, respectivamente, vieron cómo disminuían sus beneficios netos interanuales de julio a septiembre, condicionados por la reducción de los tipos, pero las caídas fueron menos graves de lo que se temía.
Citigroup, la mayor empresa de servicios financieros del mundo, obtuvo en el tercer trimestre del año un beneficio neto de 3.238 millones de dólares, un 8,7% por debajo de los del mismo periodo de 2023, debido al mayor coste del crédito, pero lejos de los 2.600 millones de dólares que esperaban los analistas.
Asimismo, Bank of America cosechó un beneficio neto de 20.467 millones de dólares hasta septiembre, lo que supone un 12,4% menos respecto a los nueve primeros meses de 2023, mucho mejor que la caída del 22% que se vaticinaba para la entidad.
Tanto es así que el principal ejecutivo de Bank of America, Brian Moynihan, celebró en un comunicado estos resultados y los calificó de “sólidos”, destacando el haber conseguido un mayor promedio de préstamos y encadenar el quinto trimestre consecutivo de crecimiento secuencial en depósitos.
Bank of America también consiguió un aumento del 18% en las comisiones de banca de inversión respecto al mismo periodo del año anterior y un incremento del 12% en los ingresos por compraventa de acciones y bonos.
Goldman Sachs disparó sus beneficios
Por su parte, Goldman Sachs, uno de los mayores bancos de inversión del mundo, disparó sus beneficios entre enero y septiembre con 9.602 millones de dólares, lo que supone un 59% más que un año antes, y sus ingresos netos alcanzaron los 39.643 millones, un 13% más.
“Nuestros resultados demuestran la solidez” de la firma “en un entorno operativo que tiende a mejorar”, defendió el consejero delegado y presidente de Goldman Sachs, David Solomon, en un comunicado en el que se ha referido al “entorno complejo” en el que se ha manejado la entidad.
Así, sus cuentas se vieron impulsadas principalmente por la mejora de la actividad en banca de inversión, derivada de una mayor confianza en la evolución de la coyuntura económica.
La banca estadounidense inició la semana pasada la temporada de resultados trimestrales en un contexto de incertidumbre por los posibles efectos del recorte de tipos de interés que llevó a cabo la Reserva Federal (Fed) en septiembre.
Aunque la subida de tipos del banco central de 2022 benefició en un primer momento a los bancos, aumentando las tasas de interés de los préstamos y ampliando sus ingresos netos por intereses, ahora estas entidades esperan que la Fed lleve a cabo más recortes que hagan bajar el coste de los depósitos.
Los resultados de la semana pasada de Wells Fargo y JPMorgan, que se vieron favorecidos por el continuo gasto de los consumidores y el repunte de las operaciones corporativas, ya transitaban en la dirección del ‘aterrizaje suave’.
Wells Fargo reportó un beneficio neto de 14.643 millones de dólares en los nueve primeros meses del año, un 7% menos que un año antes cuando alcanzó los 15.696 millones de dólares.
Mientras que JPMorgan anunció que en el conjunto de los nueve primeros meses del año experimentó un aumento del beneficio neto del 10%, hasta los 44.466 millones de dólares.
La temporada de resultados de los grandes bancos termina mañana con los de Morgan Stanley, para la que los expertos pronostican unos ingresos de 14.320 millones de dólares y una subida en sus beneficios por acción del 14%.