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Australia ha implementado una nueva ley que permite a millones de trabajadores desconectarse de sus obligaciones laborales fuera de su horario de trabajo, siguiendo el ejemplo de países como Francia y España. La Ley del Derecho a Desconectarse, en vigor desde este lunes, otorga a los trabajadores de empresas con 15 o más empleados el derecho a rechazar responder correos electrónicos o llamadas fuera de su jornada laboral. Las disputas relacionadas con este derecho serán manejadas por la Comisión de Empleo Justo de Australia, con multas que van desde 18.780 hasta 93.900 dólares australianos. Con esta medida, Australia busca mejorar la salud de los trabajadores y promover un equilibrio entre la vida laboral y privada, siguiendo la tendencia de otros países en esta materia.

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Australia comenzó a aplicar desde este lunes una ley que permite a millones de trabajadores en el país oceánico desconectarse de sus obligaciones laborales fuera de su horario de trabajo, siguiendo así los pasos de países como Francia y España, entre otros que forman parte de la Unión Europea.

En virtud de la Ley del Derecho a Desconectarse, que fue aprobada por el Parlamento de Camberra en febrero y entró en vigor este lunes, los trabajadores de empresas con 15 o más empleados podrán negarse a responder o estar pendientes de los correos electrónicos o llamadas telefónicas de sus jefes u otras personas vinculadas a su lugar de trabajo.

Las disputas vinculadas en torno al derecho a desconectarse del trabajo, como por ejemplo la negativa “no razonable” a responder una llamada de emergencia, deberán ser resueltas por las partes antes de ser derivadas a la Comisión de Empleo Justo de Australia, que regula las relaciones laborales.

En caso de que se incumpla la ley, un empresario puede afrontar una multa de 18.780 dólares australianos (unos 12.742 dólares estadounidenses), mientras que las empresas pueden ser sancionadas hasta con 93.900 dólares australianos (63.729 dólares estadounidenses).

Con esta medida para mejorar la salud de los trabajadores y lograr un equilibrio entre la vida laboral y privada, Australia sigue los pasos de países como Francia, el primer país del mundo en imponer este tipo de leyes de desconexión digital en 2017, así como España, entre una veintena de naciones.