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La empresa australiana de fertilización \'in vitro\' Monash IVF acordó pagar $56 millones de dólares australianos (US$37,68 millones) a unos 700 antiguos pacientes tras admitir haber destruido embriones aptos en un programa de cribado genético, en una demanda judicial colectiva presentada por negligencias. Según la acusación, se revelaron escándalos como la manipulación de ensayos clínicos, falsificación de firmas y la destrucción de pruebas incriminatorias. Se alega que el 35% de los embriones clasificados como anormales eran en realidad normales. Los pacientes perdieron la oportunidad de tener hijos debido a estas prácticas comerciales. La demanda busca justicia y destaca la falta de regulación en la fertilización \'in vitro\' en Australia, una industria multimillonaria. Tras el acuerdo, las acciones de Monash IVF cayeron un 11% en la bolsa australiana.

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La empresa australiana de fertilización ‘in vitro’ Monash IVF acordó pagar $56 millones de dólares australianos (US$37,68 millones) a unos 700 antiguos pacientes tras admitir haber destruido embriones aptos en un programa de cribado genético, según informaron este jueves fuentes de la acusación.

Este pago, que deberá recibir el visto bueno del Tribunal Supremo del estado de Victoria, se enmarca en una demanda judicial colectiva presentada en 2023 por el bufete de abogados Margalit Injury Lawyers, que representa a los demandantes.

Según la demanda, Monash IVF, así como las empresas Repromed y Compass Fertility, realizaron pruebas genéticas no invasivas a los embriones de los demandantes, las cuales habrían dado lugar a que se clasifiquen incorrectamente como anormales, según un comunicado publicado hoy por Margalit Injury Lawyers.

Tras conocerse el acuerdo, las acciones de Monash IVP, que mantiene su inocencia y asegura que el acuerdo se logró para evitar el proceso judicial, cayeron esta mañana un 11% en la bolsa australiana ASX.

Millonario pago por negligencias

Durante el proceso también se desvelaron otros escándalos como la manipulación deliberada de uno de los ensayos clínicos, la falsificación de firmas de pacientes en formularios de consentimiento y la destrucción de pruebas incriminatorias de experimentos ilegales con embriones de pacientes, de acuerdo al comunicado.

Asimismo, en la demanda colectiva se alegó que el 35% de los embriones considerados anormales por la prueba no invasiva defectuosa y que fueron destruidos eran en realidad normales y podrían haber dado lugar a un embarazo viable.

“Trágicamente, muchos pacientes vieron sus embriones clasificados erróneamente como anormales y no aptos para la transferencia como resultado de estas defectuosas pruebas de fecundación ‘in vitro’ de Monash y perdieron la oportunidad de tener hijos“, dijo Michel Margalit, director principal de la forma de abogados en el comunicado.

Fertilización “in vitro” en Australia

Al comentar el acuerdo, Danielle Bopping, quien encabezó la demanda colectiva, explicó que espera que se logre “justicia para las mujeres y las familias cuyas vidas cambiaron irrevocablemente a causa de las prácticas comerciales de la empresa (Monash IVF)”, según el comunicado de Margalit Injury Lawyers.

Bopping confía también en que salga a la luz el hecho de que la fertilización ‘in vitro’ en Australia se ha convertido en “una industria multimillonaria que no siempre antepone los intereses de sus pacientes”, así como la falta de regulación en el trabajo técnico dentro de los laboratorios de estos lugares.

La industria de la fertilización ‘in vitro’ en Australia, dominado por Virtus Health, Monash IVF y Genea, generarán unos US$515 millones en 2024 en el país oceánico, según datos de la consultora de análisis de mercado IBIS World.