La cadena mundial de tiendas de moda Esprit tiene previsto cerrar todas sus tiendas en Alemania y en una de ellas -situada en la céntrica Friedrichstraße de Berlín- parece que ya está todo listo para que los últimos productos salgan del que es uno de los 56 establecimientos germanos que esta compañía tiene abiertos en el país, aunque no por mucho tiempo.
Carteles de “todo debe desaparecer”, “vaciamos nuestros almacenes” o “ahora o nunca” buscan la atención del local de la Friedrichstraße de Berlín, también conocida como “milla de oro” de la capital alemana por albergar sus números muchas tiendas de productos, marcas de lujo y renombre.
Sobre la fachada y dentro de este establecimiento de tres plantas esos mensajes aluden a las grandes rebajas a las que se venden sus productos ya que, según transcendía la semana pasada, el consorcio Esprit cerrará de aquí a finales de año su medio centenar de locales en Alemania, lo que implicará 1.300 despidos.
Esos cierres se deben a la insolvencia de Esprit Europe GmbH, responsable del negocio europeo de este gran nombre del mercado de la moda.
Los productos del local de Friedrichstraße se venden con descuentos que van desde el 30% en complementos y otros productos hasta el 70% en ropa vaquera, pasando por la mitad de precio de algunos pantalones o el 40% en camisetas.
La prensa alemana ha dado cuenta de que, tras declarar la empresa su insolvencia el pasado mes de mayo, los derechos de la marca van a pasar a manos de la compañía Alteri Investor, un inversor privado especializado en el sector minorista europeo.
A dicha compañía también pertenecen la empresa de moda CBR Fashion, responsable de marcas como Cecil o Street One, y a futuro se espera que esa empresa utilice el nombre de Esprit.
Un gigante de la moda caído en desgracia
El pasado mes de mayo se especuló con la posibilidad de que el negocio europeo de Esprit remontara la situación de insolvencia con la inyección de recursos de un inversor, pero no hubo más solución que la que describía en titulares el semanario económico ‘Wirtschafswoche’: “la caída de un gigante de la moda”.
En 2020, por culpa de las consecuencias económicas del covid-19, Esprit tuvo que despedir a un tercio de su mano de obra y cerrar 100 filiales, “pero eso no fue suficiente para sanear a la empresa de manera sostenible”, analizó ‘WirtaschfsWoche’ en mayo.
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