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La Ley Karin entrará en vigencia el 1 de agosto para asegurar espacios laborales libres de hostigamiento, violencia y acoso, abordando conductas clave como acoso sexual, hostigamiento laboral y violencia en el trabajo. La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, instó a tomarse en serio este estatuto, destacando que el 61% de los trabajadores en Chile ha vivido violencia simbólica, incluyendo comentarios sobre embarazo o maternidad. Entre las situaciones destacadas se encuentran bromas inapropiadas por participación sindical u opinión política, comentarios sobre roles de género y apariencia física. El estudio reveló que un tercio de los trabajadores experimenta actualmente violencia simbólica en sus lugares de trabajo.

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El próximo 1 de agosto entrará en vigencia la Ley Karin, que busca garantizar que todo espacio laboral sea libre de hostigamientos, violencia y acosos.

Puntualmente, la normativa tiene tres conceptos clave y que son las conductas que apunta a que se erradiquen -y prevengan- de todo espacio laboral: acoso sexual, acoso u hostigamiento laboral; y violencia en el trabajo.

La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, comentó sobre quienes -dijo- “han estado caricaturizando el tema”, llamando a tomarle peso al estatuto.

“Así como antes algunos pensaban que el bullying eran bromas entre niños, la verdad es que el maltrato laboral es completamente condenable y no se puede permitir, y sin duda (la Ley) va a contribuir a la inserción laboral de las mujeres, quienes más lo sufren dentro de las empresas”, sostuvo.

6 de cada 10 trabajadores vive o vivió situación de violencia en su trabajo

La plataforma Laborum realizó un análisis, en el cual participaron más de mil personas, para conocer una aproximación sobre la violencia simbólica en el mundo laboral.

¿Qué es la violencia simbólica? La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmite y reproduce dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones, naturalizando la subordinación de una persona sobre otra.

El estudio indicó que 6 de cada 10 (61%) de las personas trabajadoras en Chile vive o vivió alguna situación de violencia simbólica en su trabajo, ya sea por un comentario, mensaje o situación.

Si a ello se suma que el 27% presenció situaciones de violencia simbólica, la prevalencia de esta problemática en el ámbito laboral de los talentos chilenos se eleva a 88%.

Además, al ahondar en el tipo de situaciones experimentadas en este ámbito, el 68% mencionó haber recibido comentarios en relación al embarazo o maternidad.

Un tercio de los trabajadores vive en la actualidad una situación de violencia

Respecto de la experiencia de los trabajadores en los espacios de trabajo, el 33% reconoció vivir actualmente una situación de violencia simbólica, mientras el 27% comentó que vivió una situación de violencia simbólica en el pasado.

El estudio también dio cuenta de que el 27% señaló haber presenciado situaciones de violencia simbólica contra un 5% que nunca vivió una situación de este tipo.

El estudio de Laborum identificó las experiencias de violencia simbólica que los talentos experimentan en los espacios laborales.

Entre estas experiencias se destacan las “bromas o comentarios inadecuados por la participación sindical y/u opinión política” (71%); los “comentarios en relación al embarazo o maternidad” (68%) y las “bromas o comentarios inadecuados sobre quienes realizan tareas de cuidado (limpieza, cocina, etc.) (64%)”.

Al indagar sobre aspectos que los trabajadores vivieron o sintieron, el 53% dijo haber vivido “comentarios inadecuados en relación a la falta de reacción ante bromas o agresiones”, el 50% dijo haber padecido violencia simbólica como “bromas o comentarios inadecuados por mostrar sensibilidad o emocionalidad” y el 42% dijo que le fueron asignadas tareas o roles que están fuera de sus responsabilidades por su condición de género (servir café, tomar notas, colgar el abrigo de mi jefe/a, limpieza, decoración de espacios, etc).

El 28% expresó haber recibido “comentarios inapropiados o agraviantes sobre la apariencia física y/o cuerpo” y el mismo porcentaje dijo haber experimentado “comentarios estereotipados, bromas, chistes, burlas y/o apodos sobre la identidad de género”.

Por último, respecto de mensajes, imágenes o comunicaciones que contengan algún tipo de violencia simbólica, el 38% mencionó haberlos vistos.