Fiel a su estilo, con palabras precisas y buscando dar “en el clavo”, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, respondió a lo emitido por el presidente de empresas CMPC, Luis Felipe Gazitúa.
El ejecutivo, cabe recordar, participó de un panel de análisis durante un encuentro empresarial organizado por Irade en Los Ángeles, región del Bío Bío.
Ahí, aludió a algunas de las razones que llevaron a la compañía a desarrollar mega proyectos fuera del país, entre ellos, una gran inversión de celulosa en Brasil.
“(…) Es imposible hacer proyectos en Chile”, explicó Gazitúa al respecto, complementando que percibe que en otros países latinoamericanos, “que tienen un nivel de desarrollo menor que el nuestro”, las autoridades públicas tienen “el convencimiento de que la industria privada es factor de desarrollo”.
“Y eso en Chile se ha perdido”, opinó.
Consultado sobre lo expuesto por el presidente de la CMPC, el ministro Marcel lanzó un recuerdo: “En el caso de una empresa que protagonizó uno de los episodios más graves de colusión en Chile (la del papel), uno esperaría un poco más de prudencia y un poco más de compromiso con el país”.
El jefe de las arcas fiscales coincidió con su par de Economía, Nicolás Grau, al indicar que las empresas tienen la más completa libertad de determinar dónde invertir; y que hoy en Chile “tenemos más proyectos de inversión”, con un creciente interés de compañías extranjeras.
La colusión del papel
Marcel, al mencionar “uno de los episodios más graves de colusión en Chile”, trajo a colación cuando CMPC Tissue y SCA Chile (ex Pisa, hoy Essity) se asignaron cuotas de participación de mercado y fijaron precios de venta de productos -papel higiénico, papel toalla, pañuelos desechables, entre otros similares- entre los años 2000 y 2011.
CMPC Tissue y SCA Chile, de acuerdo a antecedentes de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), representaban aproximadamente el 90% del mercado de papeles tissue en el canal masivo, con ventas anuales que ascendían a los US$400 millones.
Las marcas de las empresas involucradas en la colusión fueron Confort, Elite, Nova, Noble y Orquídea (en el caso de CMPC); y Favorita y Magiklin (en el de SCA).
A ellas se sumaban los productos que ambas fabricaban para los supermercados (los denominados “marcas propias”).
A juicio de la Fiscalía, este fue “uno de los mayores casos de colusión detectados en el país” y su gravedad radicó tanto en su extensión en el tiempo como en la masividad del mercado que afectó.
Se estimó que SCA Chile y la CMPC habrían tenido ganancias de al menos US$458 millones.
Y en medio de todo el proceso judicial, al que se sumó el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), se determinó el pago compensatorio de $7.000 para cada persona del país mayor de 18 años (13,7 millones de ciudadanos, en total).
La Corte Suprema, por último, impuso una multa en contra de las empresas por US$15 millones.