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Un ingeniero comercial, exsubgerente de ventas de proyectos inmobiliarios de Empresas Armas, enfrenta una acción judicial por estafa luego de que la firma presentara una querella por el delito. El profesional manipulaba metas de su equipo para aumentar bonos, lo cual fue detectado por Recursos Humanos. La empresa acusó falta de probidad y señaló que la mayoría de los trabajadores cumplía metas al 100%, generando sospechas. Este fraude afectó el patrimonio de la compañía, que emprende una reorganización financiera por pasivos de US$21 millones. Tras el descubrimiento, Empresas Armas implementó nuevas políticas y controles.

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Un ingeniero comercial, que se desempeñó como subgerente a cargo de las ventas de proyectos inmobiliarios de Empresas Armas, tendrá que enfrentar a la justicia luego que la firma presentara una querella criminal en su contra por el delito de estafa.

El profesional, indicó Diario Financiero, modificaba las metas del equipo que tenía cargo (las disminuía), para así después demostrar un sobrecumplimiento y aumentar sus bonos.

Si bien el hombre trabajó en la empresa desde 2017, las artimañas las habría cometido entre 2023 y 2024.

“Los hechos que motivaron el despido en concreto, en cuanto a invocar una falta de probidad por parte del trabajador en el desempeño de sus funciones, dicen relación directamente con la falta de honradez, de integridad y rectitud en el actuar”, acusó la empresa en la querella.

El citado medio señaló que Empresas Armas pudo notar este fraude tras una revisión realizada por su área de Recursos Humanos, la cual examinó las liquidaciones, presupuestos y metas.

“(…) La mayoría de los trabajadores durante el año cumplió las metas al 100%, cuestión que generó sospecha y permitió descubrir que realmente se estaban produciendo”, explicó la firma, precisando que éstos eran del equipo del exsubgerente.

Toda esta situación provocó un impacto negativo en el patrimonio de la compañía, mencionó Diario Financiero. Además, la división “Constructora” de Armas inició en paralelo un procedimiento para reorganizarse financieramente, por pasivos que ascenderían a US$21 millones.

Por último, consultada por el citado medio, la empresa afirmó que tras el descubrimiento de este engaño implementó “nuevas políticas y procedimientos”; y potenció sus controles y supervisiones a las áreas más críticas.