Elon Musk ha convertido la junta general de accionistas de Tesla, que se celebra el jueves, en un referéndum sobre su persona al incluir en la reunión la votación de dos controvertidas propuestas: la aprobación de su histórica compensación valorada en unos 50.000 millones de dólares y la transferencia del registro de la compañía a Texas.
Tesla y Musk han montado una intensa campaña de relaciones públicas para intentar convencer a los accionistas que el controvertido empresario se merece el paquete de compensación, compuesto de opciones sobre acciones, acordado en 2018 y que un tribunal estadounidense anuló en febrero.
El martes, dos días antes del inicio de la junta, Tesla publicó un extenso mensaje en la red social X (propiedad de Musk) en el que enumeró lo logrado por la compañía desde 2018.
El mensaje fue repetido por el propio Musk en su cuenta de la red social, donde también está colgando notas similares de apoyo de otros usuarios de X.
Musk lleva semanas embarcado en una ofensiva para tratar de convencer a los pequeños inversores de la compañía para que voten a favor del pago.
El empresario reveló durante el fin de semana que el 90% de los accionistas individuales que ya han votado han aprobado el acuerdo, aunque no señaló cuántos han depositado ya sus papeletas.
Los analistas consideran normal que los pequeños inversores se alineen con la postura de la empresa, especialmente cuando el valor de las acciones ha aumentado un 770% desde 2018.
Pero también advierten que los accionistas individuales no participan en elevados números en las votaciones, por lo que son los grandes accionistas los que finalmente dirimen las cuestiones presentadas ante las juntas generales.
Y, de momento, Musk y Tesla se enfrentan a un generalizado ‘no’ de los inversores institucionales.
Musk busca un pago de US$50.000 millones
Los dos mayores fondos públicos de inversiones del país, California Public Employees’ Retirement System (CalPERS) y California State Teachers Retirement System (CalSTRS), que de forma combinada controlan más de 5 millones de acciones de Tesla, han expresado su rechazo al pago de 50.000 millones de dólares a Musk.
El director de inversiones de CalSTRS, Chris Ailman, calificó el paquete como “ridículo” y aunque reconoció que Musk ha multiplicado con su gestión el valor de la compañía y “necesita tener un buen salario”, propuso limitarlo a “140 veces el salario medio de un trabajador”.
“Creo que es justo”, dijo.
El acuerdo de 2018 establecía el pago de la milmillonaria compensación si la compañía conseguía 12 objetivos, entre ellos una capitalización de mercado de al menos 500.000 millones de dólares y determinados ingresos.
El fondo de inversiones soberano de Noruega, que tiene casi un 1% del accionariado, también ha mostrado su oposición, y dos de las principales agencias de servicios de asesoramiento de EEUU, Institutional Shareholder Services (ISS) y Glass Lewis, han aconsejado a los accionistas que echen abajo el pago.
La mayoría de los accionistas institucionales también se oponen a transferir el registro de Tesla del estado de Delaware a Texas, como desea Musk.
La transferencia está ligada al pago de la milmillonaria compensación.
Cuando la jueza de Delaware Kathaleen McCormick dictó sentencia en febrero anulando el paquete de compensación de Musk al considerar, entre otras razones, que los consejeros que lo aprobaron no eran independientes, el empresario reaccionó atacando el sistema judicial del estado.
Musk recurrió a sus fieles en X, a quienes preguntó si debía transferir el registro de Tesla a Texas, donde el fabricante de automóviles tiene ahora su sede y donde las leyes sobre el control de las empresas son más relajadas que en Delaware.
Un 87,1% de los votantes, 1,1 millones de usuarios según las cifras de X, aprobaron la propuesta, lo que fue suficiente para que el empresario plantease la cuestión a los accionistas.