En septiembre del año pasado, Aramco -petrolera estatal de Arabia Saudita y una de las principales empresas integradas de energía y productos químicos del mundo- acordó la compra del 100% de las acciones de la chilena Esmax Distribución Spa, empresa de capital privado.
Esmax Distribución es la firma tras Petrobras en nuestro país.
La transacción, en ese momento, quedó sujeta a ciertas condiciones, entre ellas, las aprobaciones regulatorias por parte de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), quien ya se pronunció al respecto.
En específico, la FNE indicó que tras un análisis de la operación llegó a la convicción de que esta “no resulta apta para reducir sustancialmente la competencia en los mercados”.
Por tanto, aprobó dicha operación “consistente en la adquisición de control en Esmax
Distribución SpA por parte Aramco Overseas Company B.V”.
En su resolución, la Fiscalía determinó que las partes involucradas “carecerían de habilidad para producir cierres de mercado, ya sea mediante un bloqueo de insumos o clientes (…)”.
Esmax (Petrobras) es una empresa líder en la distribución de combustibles y lubricantes en Chile; y su presencia nacional incluye estaciones de servicio, operaciones aeroportuarias, terminales de distribución de combustible y una planta de mezcla de lubricantes.
Aramco, previamente, sostuvo que reconoció el “potencial y el atractivo de estos mercados”.
Indicó que la adquisición de Esmax era su primera inversión minorista “downstream” (procesamiento, refinación, distribución y comercialización de los productos derivados del petróleo) en Sudamérica.
Por ello, otro de los objetivos de la firma estatal de Arabia Saudita será crear una plataforma para lanzar la marca Aramco tanto en Chile como en Sudamérica en general, “desbloqueando un potencial significativo para capitalizar nuevos mercados” para sus productos.