El banco suizo UBS cerró el segundo trimestre del año, el primero tras la adquisición de su rival Credit Suisse, con un beneficio neto atribuido de US$28.875 millones, frente al resultado de US$2.108 millones anotado por la entidad en el mismo periodo de 2022.
El beneficio del banco en el segundo trimestre refleja un impacto contable positivo de carácter extraordinario por importe de US$28.925 millones gracias al fondo de comercio negativo vinculado a la absorción de Credit Suisse, mientras que la integración de la entidad rival supuso unos costes de US$830 millones y las pérdidas crediticias restaron US$740 millones.
“Dos meses y medio desde el cierre de la adquisición de Credit Suisse, no perdemos tiempo en ofrecer valor a todas nuestras partes interesadas a partir de una de las fusiones bancarias más grandes y complejas de la historia“, declaró Sergio Ermotti, consejero delegado de la entidad.
El consejero delegado de UBS destacó que en el segundo trimestre, tras la compra de Credit Suisse, las entradas netas en depósitos para el grupo combinado ascendieron a US$23.000 millones, de los cuales US$18.000 millones provinieron del área de gestión de patrimonios de Credit Suisse y del Banco Suizo.
“Si bien las salidas de activos de la división Wealth Management de Credit Suisse continuaron en el segundo trimestre, lo hicieron a un ritmo a un ritmo más lento en comparación con trimestres anteriores y pasó a ser positivo en junio”, señaló Ermotti, añadiendo que “a lo largo de julio y agosto de 2023 registramos nuevas entradas de dinero nuevo neto por valor de US$8.000 millones en el negocio combinado de gestión patrimonial.
Integración de Credit Suisse y recorte de costes
En cuanto a la integración de Credit Suisse, el ejecutivo indicó que el objetivo es completarla sustancialmente “para finales de 2026” y anunció la intención de lograr reducciones de costes brutos de más de US$10.000 millones para entonces.
De su lado, se espera que los gastos acumulados relacionados con la integración se vean ampliamente compensados por los efectos de acumulación de aproximadamente US$12.000 millones relacionados con los ajustes del valor razonable aplicados a los instrumentos financieros de coste amortizado.
Asimismo, como parte de la integración, la entidad planea simplificar su estructura legal, incluida la fusión de UBS AG y Credit Suisse AG prevista para 2024.
De este modo, excluyendo los gastos relacionados con la integración y los efectos de acumulación, el objetivo es lograr una tasa de salida coste-ingreso de menos del 70% para finales de 2026, y una ratio de capital CET1 en torno al 15%.
Recorte de personal
“En Suiza, desde un punto de vista proactivo, esperamos que en los próximos años se eliminen alrededor de 3.000 puestos de trabajo“, señaló el banquero en una entrevista con Bloomberg TV, precisando que alrededor de un millar de este ajuste corresponderá directamente a la decisión de integrar el banco suizo de Credit Suisse.
En este sentido, el consejero delegado de UBS ha defendido que en el caso de haber optado por vender este negocio de Credit Suisse se habría requerido un recorte de unos 600 empleos, mientras que los otros 2.000 puestos que serán eliminados responden a las necesidades de la reestructuración.
Más allá de la situación en Suiza, el banquero ha reconocido que en el sector bancario resulta muy difícil acometer una reestructuración y extraer sinergias sin afectar a la plantilla, aunque ha subrayado que un gran elemento del ajuste del coste se debe a la planificación inmobiliaria, a la racionalización de las entidades jurídicas y al cierre de las plataformas informáticas, mientras que también hay que tener en cuenta factores como el desgaste natural, con las jubilaciones y la movilidad interna.
“Dicho esto, por supuesto, vamos a tener que tomar algunas medidas proactivas en materia de despidos en los próximos años”, ha admitido, después de que la compra de Credit Suisse engordase en unos 45.000 empleados la plantilla de la entidad, hasta rondar los 120.000 trabajadores.
De tal modo, el consejero delegado de UBS ha destacado que, desde principios de año, en Credit Suisse se ha llevado a cabo ya una reducción de plantilla de 8.000 personas como consecuencia de las medidas de costes que había iniciado y que se han ido acelerando en el segundo trimestre.