Philips registró pérdidas de 1.503 millones de euros en los nueve primeros meses de 2022, en contraste con el beneficio neto atribuido de 3.162 millones contabilizado en el mismo periodo del año anterior, lastrada por el impacto de la crisis de los respiradores.
La multinacional confirmó, además, que recortará unos 4.000 empleos en todo el mundo, alrededor del 5% de su plantilla global.
De este modo, el fabricante holandés de dispositivos médicos ha decidido acometer medidas para mejorar la productividad, incluida la simplificación de la organización para agilizar la forma de trabajar y reducir gastos operativos, incluyendo “una reducción inmediata de alrededor de 4.000 puestos en todo el mundo”.
La multinacional calcula que los costes relacionados con las indemnizaciones y los despidos supondrán alrededor de 300 millones de euros en los próximos trimestres, mientras que se espera que el ahorro anualizado será de 300 millones.
Asimismo, Philips continuará revisando áreas para mejorar aún más sus operaciones de suministro, invertir en calidad, simplificar la forma de trabajar y eliminar la complejidad organizacional, lo que se espera que resulte en una reestructuración adicional y de costes asociados en 2023.
Por otro lado, la compañía ha informado de que Philips Respironics siguió progresando en el programa de reparación y reemplazo de los ventiladores mecánicos afectados por el aviso de seguridad de junio de 2021.
A este respecto, Philips se ha anotado un cargo no monetario de 1.300 millones de euros en el tercer trimestre por el deterioro del fondo de comercio de este negocio.
De esta manera, la compañía holandesa registró entre julio y septiembre pérdidas de 1.330 millones de euros, frente al beneficio neto atribuido de 2.973 millones del mismo trimestre de 2021, lo que en los nueve primeros del año supuso unos ‘números rojos’ de 1.503 millones, en contraste con los 3.162 millones de beneficio neto atribuido del mismo periodo de 2021.
A su vez, las ventas de Philips en el tercer trimestre alcanzaron los 4.310 millones de euros, un 3,7% más que un año antes. De este modo, en los nueve primeros meses de 2022 las ventas de la holandesa crecieron un 1,6%, hasta 12.405 millones.
“Mi prioridad inmediata es mejorar la ejecución para que podamos comenzar a reconstruir la confianza de los pacientes, consumidores y clientes, así como de los accionistas y otras partes interesadas”, ha señalado el consejero delegado de Philips, Roy Jakobs, quien asumió el cargo el pasado 15 de octubre, sustituyendo a Frans van Houten.
“Esto incluye la decisión difícil, pero necesaria, de reducir de inmediato nuestra fuerza laboral en alrededor de 4.000 puestos en todo el mundo, algo que no tomamos a la ligera y que implementaremos con respeto hacia los colegas afectados”, ha añadido.
De cara al futuro, la compañía anticipa desafíos operativos y de suministro prolongados, un empeoramiento del entorno macroeconómico y una persistente incertidumbre relacionada con las medidas de covid-19 en China, que se compensará en parte con las acciones de productividad y precios de Philips.
En consecuencia, Philips ahora espera una disminución de sus ventas comparables de un dígito medio para el cuarto trimestre de 2022.