La Fiscalía Nacional Económica (FNE) detectó que los laboratorios venden los medicamentos a las grandes cadenas de farmacias un 89% más caro que a los compradores del sector público.
Afirmó que no obtuvo argumentos contundentes por parte de las firmas que expliquen las razones por las cuales venden a distinto precio a estos clientes.
En la información, publicada por El Mercurio, se añadió que esas diferencias de precio tendrían relación con un “ejercicio de poder de mercado” ante la preferencia del consumidor final.
En establecimientos de salud y públicos (canal institucional) la dinámica sería otra, ya que ahí se pone a “competir” a los laboratorios “por la variable precio”, pues no “existen incentivos a privilegiar marcas o de disponer de variedad de medicamentos para su dispensación”.
Esta situación quedó al descubierto luego que la matriz de Cruz Verde consultara al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) si el trato diferenciado se ajustaba a la regulación.
Por último, sostuvo El Mercurio, la FNE expuso en su reporte algunas medidas para mejorar la diferenciación de los precios, entre ellas, la realización de licitaciones para así “enfocarse en la adquisición de medicamentos posdenominación común internacional”, más modificaciones a ciertas resoluciones.