El constructor automotor francés Renault anunció este viernes que podría cerrar fábricas en el marco de un amplio plan de ahorros tras haber registrado sus primeras pérdidas desde 2009.
“No tenemos ningún tabú y no excluimos nada” declaró la directora general interina, Clotilde Delbos, interrogada en rueda de prensa sobre la posibilidad de que puedan cerrarse fábricas en Francia o en el extranjero para enderezar las finanzas de la empresa.
“Nuestro objetivo es reducir nuestros costes estructurales en al menos 2.000 millones de euros (USD 2.200 millones) en los próximos tres años” agregó, y dijo que el grupo anunciará en mayo su plan de recuperación.
Renault anunció este viernes que entró en números rojos en 2019 por primera vez en diez años, al registrar una pérdida neta de 141 millones de euros (155 millones de dólares).
En un contexto de mercado mundial del automóvil en dificultades, Renault ha sufrido además un retroceso de su volumen de negocios del 3,3% a 55.500 millones de euros (60.000 millones de dólares). El grupo francés había anunciado en enero un retroceso del 3,4% de sus ventas en 2019, a 3,75 millones de vehículos.
“2019 ha sido un año difícil para Renault (…). No estamos satisfechos con los resultados”, comentó Delbos, aunque precisó que el grupo tiene “todas las cartas” para recuperarse.
La directiva citó los vehículos eléctricos y la gama de vehículos de bajo costo, entre ellos la filial rumana Dacia, punta de lanza en Europa de este tipo de autos.
Pero, igual que sus competidores, Renault debe invertir sumas importantes en investigación y desarrollo para acelerar la electrificación de sus modelos, y respetar así los topes de emisiones de CO2 fijados por la Unión europea para luchar contra el cambio climático.
Apoyarse en Nissan
Otra razón del mal año de Renault es también que ha sido víctima de una merma de la contribución a sus resultados de su aliado japonés Nissan, que se redujo a 242 millones de euros (262 millones de dólares) contra 1.510 millones en 2018. Un 43% de Nissan está en manos del grupo francés.
Es la primera vez desde 2009 que Renault está en números rojos en sus resultados anuales. Entonces, en plena crisis financiera, había registrado una pérdida de 3.100 millones de euros (3.400 millones de dólares).
La detención del máximo dirigente de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, en Japón en noviembre de 2018, debido a acusaciones de malversación por parte de dirigentes del grupo japonés, había sumido a esta alianza franco-japonesa en una grave crisis.
Ghosn está ahora refugiado en Líbano tras haber huido de la justicia japonesa.
La acción de Renault ha caído en casi la mitad en un año y se halla actualmente en su nivel más bajo en diez años.
Nueva dirección
Para 2020, el grupo francés anticipa una nueva baja de sus beneficios, y un volumen de negocios de la “misma magnitud” que el de 2019.
La previsión “para 2020 es muy limitada debido a la volatilidad que se espera en los mercados (…) y por los posibles impactos (económicos) del nuevo coronavirus” surgido en China, según indicó Delbos, citada anteriormente en un comunicado.
En fin, el presidente actual de Renault, Jean-Dominique Senard, expresó su confianza en el nuevo equipo directivo, con la llegada prevista en julio del nuevo director general, Luca de Meo, procedente de Seat (grupo Volkswagen).