Por 136 libras esterlinas (cerca de 124 millones de pesos chilenos) fue multada la aerolínea española Iberia, luego de que 12 de los 20 capibaras que transportaba en un vuelo internacional murieran.
Según reportó Daily Mail, los hechos ocurrieron el 28 de octubre de 2018 cuando los roedores iban hacinados en jaulas demasiado pequeñas para ellos a bordo de un avión que los transportaba desde Lima (Perú) a Beijing (China), con escalas en Madrid y el aeropuerto Heathrow en Londres.
Dos murieron antes de llegar a dicho aeropuerto, mientras que los otros 18 estaban al borde de la muerte. Diez más lo hicieron tras ser retirados de la aeronave.
En total pasaron 54 horas sin aire ni agua, sucumbiendo a complicaciones renales producto de la deshidratación tras pasar, en palabras de la jueza Deborah Wright, un “inmenso sufrimiento”.
Jaulas demasiado pequeñas
Según se dio a conocer en el juicio, había trabajadores que debían haber revisado las condiciones de las capibaras en Lima y Madrid, lo que no se habría concretado pese a que así lo aseguraron en sus reportes.
El fiscal Jaysen Sharpe, por su parte, acotó que “los animales eran mantenidos en contenedores, algunos de los cuales eran más pequeñas que ellos”, siendo mucha de las jaulas “mucho más pequeñas que el mínimo estándar”.
“Este no fue un caso en que hayan hecho lo mínimo, sino considerablemente menos”, afirmó.
Por su parte, el abogado defensor Kevin Saunders aseguró que la empresa estaba arrepentida por el suceso, calificándolo como “una gran fuente de vergüenza”. Argumentó que la aerolínea traslada a “varios miles” de animales de forma segura.
La jueza concordó en que no se podría esperar ningún lucro beneficio en cuanto a reducción de costos por esta negligencia, agregando que “esto fue un descuido por parte de empleados individuales que no siguieron los procedimientos”.
Finalmente, la empresa se declaró culpable de dos cargos de causar sufrimiento innecesario a un animal protegido al fracasar en actuar o en suplir agua al transportarlos.
Además, admitieron haber transgredido al transportar los 20 roedores sin respetar los estándares de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, incluyendo el transporte de un perro en un vuelo entre Palma y Madrid, España, en un contenedor demasiado pequeño para él.