Este miércoles se conoció la venta del depósito de tierras raras del proyecto BioLantánidos, perteneciente al fondo Larraín Vial, por parte de la minera peruana Hochschild por un monto de 56 millones de dólares.
El nuevo controlador se quedará con el 94% de la iniciativa que busca consolidar la explotación de tierras raras, que son minerales estratégicos para el desarrollo de la electromovilidad, como fabricación de vehículos eléctricos.
Los lantánidos son un grupo de 17 metales que se usan para crear teléfonos celulares, televisores y computadores portátiles. Hoy China tiene cerca del 90% de la producción mundial de éstos, sin embargo, el proyecto busca fabricar estos objetos en Chile.
La empresa señaló que la planta de extracción de tierras raras en Penco operará en base a altos estándares medioambientales, y que el proyecto se emplaza en terrenos rurales donde no existen comunidades.
Al confirmar el negocio de venta, BioLantánidos comentó a través de un comunicado que va en línea con los pilares medioambientales de la iniciativa, considerando que Hochschild es reconocida por desarrollar proyectos con una visión sustentable.
“Ambos creemos firmemente que la única manera de ser exitosos es operando de forma sustentable, trabajando en armonía con el medio ambiente y las comunidades locales y cumpliendo con las normativas vigentes”, señaló la firma.
Sin embargo, la transacción instaló de inmediato la preocupación en comunidades cercanas que ya se han declarado en alerta por la naturaleza del proyecto, cuyo Estudio de Impacto Ambiental está en trámite según recordó Milciades Jara, vocero de Conce sin Mineras.
“A nosotros nos da cierta desconfianza el que se estén realizando negocios previos a que aún esté entregada la Resolución de Calificación Ambiental”, expresó.
Desde la empresa reiteraron que el proyecto fue diseñado para no interferir con los centros urbanos de la comuna y aclararon que las Declaraciones de Impacto Ambiental presentadas en 2016 corresponden al Proyecto El Cabrito, mientras que BioLantánidos es un proyecto nuevo, con otra ubicación y nuevos aspectos técnicos y medioambientales.
Las obras comprenden un total de 269 hectáreas, entre las cuales se encuentran la planta productiva, seis zonas de extracción del mineral y tres zonas de disposición.
Además, no está considerado el uso de camiones de gran envergadura, sino que únicamente de camiones tipo tolva de bajo tonelaje, que se desplazarán por caminos internos.
En su fase de construcción, el proyecto espera crear hasta 90 puestos de trabajo y en su fase de operación la cifra se elevará hasta 140 empleos directos, para los cuales se privilegiará, según la firma, a personas de las comunas cercanas.