Cinco años tendrán ocho termoeléctricas para cerrar, según anunció este martes el presidente Sebastián Piñera al presentar el plan de descarbonización del Gobierno.
En detalle, el carbón contribuye a generar actualmente poco más del 40% de la electricidad de Chile, a través de 28 centrales, pertenecientes a AES Gener, Enel, Colbún y Engie –esta última es la firma francesa que hace pocos días inauguró una planta de 375 MW en Mejillones–.
El plan Energía Zero Carbón tiene como meta erradicar por completo el uso del mineral de aquí a 2040, o sea, las 28 deberán estar cerradas llegada esa fecha.
En la actividad en el parque Bicentenario de Cerrillos participaron la ministra de Energía, Susana Jiménez, y la titular de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, además de representantes de las cuatro compañías, quienes firmaron un acta de compromiso para retirar sus centrales de forma gradual.
“La primera etapa contempla cerrar ocho centrales termoeléctricas de aquí a cinco años. En Iquique, una; en Tocopilla, cuatro; en Puchuncaví, dos, y en Coronel, una”, afirmó en su discurso el mandatario, que explicó que con ello bajará en un 20% el aporte del carbón a la matriz energética. Piñera explicó que después de cada quinquenio se revisará cómo continuar con el plan.
Las centrales que dejen de operar quedarán por cinco años en “un estado operativo de reserva estratégica”, es decir, podrán ser puestas en marcha en caso de una carencia energética.
El mandatario admitió que el cierre, o recambio de energía de las centrales, generará la pérdida de fuentes de trabajo y que habrá que sortear el desafío de recapacitar o readecuar esa mano de obra.
En ese sentido, argumentó que primará el bien mayor, que es medioambiental, aunque se deberá buscar un equilibrio.
Costos
Según el Gobierno, este plan también contempla evitar que se vaya a alterar el precio de la energía.
“Una vez que se llevaron a cabo las mesas de trabajo, que estuvimos durante siete meses evaluando cada uno de estos aspectos, entramos en una etapa de conversación con cada una de las empresas involucradas, y una vez con todos los compromisos nosotros pudimos hacer un análisis que esto no tuviera un impacto en los costos”, explicó la ministra de Energía, Susana Jiménez.
Sin embargo, para la italiana Enel existirá un impacto de cerca de 290 millones de dólares al retirar sus centrales de Iquique y Coronel.
Su gerente general, Paolo Pallotti, enfatizó que la “dinámica de mercado” y las energías renovables han ayudado a equilibrar este cambio de matriz.
“Hay renovables que tienen una rentabilidad importante, entonces te permite una salida, un cambio de matriz, con una dirección muy clara”, aseguró Pallotti.
Críticas por empleos y termoeléctrica de Engie
No fueron puros aplausos en la actividad, dado que el alcalde de Tocopilla, Luis Moyano, enfatizó que su ciudad se verá muy golpeada por el cierre de dos de sus cuatro termoeléctricas.
“Bienvenido que salga el carbón del sistema, todos lo aplaudimos, lo que yo no aplaudo es que la gente de Tocopilla no tenga la posibilidad de seguir trabajando”, cuestionó Moyano.
Sus dichos se contraponen a los de Susana Jiménez, quien señaló que se ha estado capacitando a los empleados para que puedan seguir trabajando en el sector energético o en otros, si así ellos lo desean.
Otro de los hechos que causó críticas fue la apertura la semana pasada de una termoeléctrica en Mejillones, propiedad de la empresa Engie, una de las organizaciones participantes.
Para el vocero de la fundación Terram, Gary González, no se justifica la apertura, a pesar de que hayan existido contratos de por medio.
“Es la central más grande que se ha construido en nuestro país, o sea, 375 megawatts. Ya llevaba dos años de pruebas, justo se inaugura el mismo año en que tenemos la COP y además se entrega este programa de descarbonización”, dijo González.
La cumbre mundial del medioambiente COP25 se realizará entre el 2 y 13 de diciembre de este año en el parque Bicentenario de Cerrillos, precisamente donde Sebastián Piñera dio a conocer el plan.