La Dirección General de Aguas (DGA) confirmó que restringirá los derechos de agua para las mineras que operan en el norte pasando de 30 a por lo menos 70 “zonas de prohibición” para estos efectos.

En concreto, el director general del organismo, Óscar Cristi, detalló que no se otorgarán nuevas licencias al interior de estas áreas y que extensiones a los permisos actualmente en vigor deberán ser analizados y sometidos a aprobación por las autoridades medio ambientales.

“En algunos lugares, las mineras pueden extraer más que el nivel de recarga y eso amenaza la sustentabilidad del acuífero”, dijo Cristi a Bloomberg, quien declinó especificar cuáles serán las áreas para evitar la especulación de los derechos de agua.

Hasta el momento, de acuerdo al medio, la DGA los otorgaba en base a la información que las mismas mineras entregaban, por lo que sumado a la ampliación de las zonas protegidas se realizarán estudios para establecer los niveles de agua en al menos diez cuencas.

El Desierto de Atacama es el más árido del mundo y concentra una gran cantidad de minas de cobre, litio y otros minerales.

Su dinamismo obligará a usar cada vez más agua a medida que la ley de éstos baje, por ello algunas empresas del rubro construyen plantas desalinizadoras para enfrentar la demanda y mantener los niveles de producción.

De acuerdo a cifras de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), el uso de agua salada procesada se triplicará entre 2019 y 2029.

Demanda

Actualmente, las minas de cobre Escondida y Zaldívar están pidiendo extensiones de permiso para bombear el vital recurso desde el sur de Atacama.

Pero, de acuerdo a Cristi, ambas deben “ajustar sus niveles de extracción actuales si quieren continuar operando” debido a que la disponibilidad de agua no permitirá mantener los actuales niveles de extracción.

La primera, que pretende bajar de 1.400 a 640 litros por segundo de aquí a 2030, ya tiene su planta desalinizadora.

Por otro lado, la segunda no tiene ningún plan de contingencia y deberá cerrar si no renueva su licencia de agua.

No obstante, está en la recta final de su vida útil y se espera que cierre sus puertas en 2029.

Pero no todo es cobre: las minas Albemarle y de SQM igual utilizan agua dulce para extraer lodo rico en litio.

Las comunidades locales se oponen a que las mineras continúen extrayendo agua de los salares y cuerpo de agua del desierto, al igual que a la idea de renovar las licencias.

Las operaciones de estas empresas generaron que, actualmente, los niveles de agua en los salares de la región sean más bajos que antes de su llegada.

Pero Cristi afirmó que, de regular el consumo, las cuencas podrían recuperar niveles normales de aquí a 2040.