Trabajadores de la empresa Iansa llegaron hasta la Intendencia del Maule la mañana de este martes, para manifestar su preocupación por el eventual próximo cierre de la planta ubicada en Linares.
En concreto, miembros del sindicato acudieron para entregarle una carta al intendente Pablo Milad. Además, manifestaron su descontento contra el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg.
Al respecto, el presidente del Sindicato, Ciro Tapia, explicó que la molestia se debe a que Monckeberg aseguró que todos serían reubicados en una planta en San Carlos, región de Ñuble. “Según él, nosotros hemos asegurado nuestra fuente de trabajo en Chillán. Eso no es cierto, es una falta de respeto”, criticó.
En el mismo ámbito, Milad reconoció que algunos podrían ser reubicados en dicha planta, pero que de seguro le llegó mal la información al secretario de Estado. “Lo definitivo se sabrá de aquí a fin de mes”, dijo.
El cierre de estas dependencias, ubicadas en el camino a Yerbas Buenas, ya fue informado a 200 operarios y otros 300 trabajadores. No obstante, la crisis será mayor: considerando remolacheros, agricultores y prestadores de servicios a Iansa, serán 4.000 los trabajadores afectados, conforme a cifras de algunas autoridades y del sindicato relacionadas a la colaboración con la producción azucarera.
“Linares morirá con esto”, dijo el alcalde de la ciudad, Mario Meza, al ser consultado por medios locales y nacionales. Añadió que su zona vive de la agricultura y que la presencia de esta fábrica es clave en la economía.
Tapia, presidente del sindicato de trabajadores de la planta Iansa de Linares, dijo a diario El Heraldo que “más de 500 trabajadores perderían sus empleos en forma directa y más de 1.500 en forma indirecta (…). Las autoridades deben tomar cartas en el asunto, no es un tema menor”.
En un mes, cuatro empresas han manifestado inconvenientes financieros y operacionales que impedirían su funcionamiento: este caso de Iansa en Linares, se sumaría al de Maersk de San Antonio, Cial de Temuco y Pastas Suazo en Curicó.