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Tras las primeras semanas de marcha blanca del funcionamiento del Puerto peruano de Chancay, el más tecnológico de Sudamérica, expertos coinciden en que representa un desafío para la logística y el comercio exterior de nuestro país.

Uno de los principales temores es que los servicios navieros trasladen sus recaladas a Chancay, lo que reduciría la disponibilidad de carga y oferta para las importaciones desde Asia.

De hecho, ya hubo un traslado de las recaladas desde el puerto de Lirquén -ubicado en la región del Bío Bío- al terminal peruano por parte de Orient Overseas Continer Line (OOCL), filial de Cosco Shipping Lines, naviera china que también es dueña del 60% de Chancay.

Daniella De Luca, jefa de carrera de Negocios Internacionales en la Universidad de Valparaíso, señaló que el principal temor es que más servicios navieros sigan esta tendencia, lo que reduciría la disponibilidad de carga y oferta naviera para las importaciones desde Asia.

Otro posible impacto es una reducción en las tarifas de fletes si Cosco inicia una “guerra de precios”, lo que obligaría a otras navieras a bajar sus costos.

Eso podría beneficiar a exportadores e importadores chilenos. Además, la reestructuración de las rutas podría implicar una transferencia de carga en Shanghái a naves más pequeñas con menores costos de flete hacia Chile.

Germán Schacht, gerente comercial de ASENAV Astilleros Navales, señaló que sin duda habrá un impacto o en el comercio marítimo de la región por su conexión directa con Asia, lo que podría reconfigurar algunas rutas comerciales y así generar una mayor competencia en el Pacífico Sur.

Guillermo Holzmann, analista internacional, criticó que Chile perdió la oportunidad de desarrollar un puerto similar debido a falta de visión estratégica y trabas burocráticas en las inversiones.

Resaltó que Perú otorgó incentivos especiales para Chancay, facilitando su desarrollo bajo el liderazgo del Estado chino.

Finalmente, Holzmann descartó que Chancay pueda convertirse en una base naval china, pero sí lo consideró un punto estratégico de abastecimiento en el Pacífico.

Para la modernización del puerto de San Antonio, aún queda más de una década para poder implementarse de forma oficial.