Una nueva ley estadounidense está agravando las tensiones políticas y económicas entre Estados Unidos y Cuba.
A principios de diciembre de 2024, el presidente Joe Biden firmó una ley que prohíbe a los tribunales estadounidenses reconocer derechos sobre marcas que hayan sido “confiscadas ilegalmente” por el gobierno cubano desde 1959 sin el consentimiento de los propietarios originales.
En 1959, los revolucionarios liderados por Fidel Castro derrocaron al entonces dictador cubano Fulgencio Batista. En el transcurso de la revolución, empresas y ciudadanos estadounidenses fueron expropiados y EEUU respondió con un bloqueo permanente contra Cuba.
Sorprendente giro
La ley “No Stolen Trademarks Honoured in America Act of 2023” da un nuevo giro a la larga disputa legal entre el fabricante de bebidas alcohólicas Bacardí y el gobierno cubano por los derechos de la marca de ron Havana Club.
Anteriormente, los tribunales estadounidenses habían confirmado la propiedad cubana de la marca Havana Club.
Sin embargo, según la nueva legislación, la empresa estatal cubana Cubaexport y su socio francés, el grupo Pernod Ricard, ya no estarían autorizados a ejercer los derechos de la marca Havana Club en Estados Unidos.
Havana Club es la marca líder entre las exportaciones cubanas de bebidas alcohólicas y aporta a la isla millonarios ingresos en divisas cada año.
Las reacciones desde La Habana fueron duras.
El ministro cubano de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, calificó la ley de “medida agresiva contra Cuba” con el objetivo de “abrir la puerta al robo de marcas cubanas legalmente registradas en este país, en violación del derecho internacional”.
Johana Tablada de la Torre, subjefa de la sección responsable de EEUU en el ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, señaló que casi 6.500 marcas estadounidenses están registradas en Cuba y otras más de mil están en proceso de registro.
Todas estas marcas estadounidenses están “protegidas por la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial”, dijo la funcionaria. Cuba muestra así “una actitud completamente diferente a la del gobierno de EEUU con su ‘Ley de Marcas No Robadas’, que en realidad debería llamarse Ley Bacardí”.
Ley Bacardi
El proyecto de ley que ahora se ha aprobado fue presentado al Congreso por un grupo de parlamentarios estadounidenses de los dos principales partidos a principios de marzo de 2023.
La ley pretende resolver la controversia en torno al Havana Club e “impedir que nadie utilice a las autoridades estadounidenses para beneficiarse de una propiedad intelectual que fue robada a su legítimo propietario”, según un informe de la comisión responsable.
La iniciativa se refería explícitamente a las reclamaciones legales de Bacardí.
Según los partidarios de la iniciativa legislativa, la empresa, que se fundó en Cuba en 1862 y ahora tiene su sede en las Bermudas, compró la marca y la receta a los descendientes del fundador y propietario original de Havana Club.
Dado que la marca Havana Club pertenece por tanto a Bacardi, Cubaexport y Pernod Ricard no estarían autorizadas a ejercer los derechos sobre esta marca.