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La producción de café de Colombia en los últimos 12 meses alcanzó los 13,41 millones de sacos de 60 kilos, representando un incremento del 21% en comparación con el año anterior, según informó el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) en el 93 Congreso Nacional de Cafeteros en Bogotá. La cosecha cafetera tuvo un valor de 14,2 billones de pesos (unos US$3.200 millones), con un crecimiento del 26%, impulsando la economía del país. Los precios internacionales del café han aumentado significativamente, situándose en US$3,18 por libra en noviembre de 2024. Además, se han renovado 90 mil hectáreas de cafetales en el año, marcando un hito en los últimos once años. La Federación destaca la importancia de la inversión en fertilización para mantener la sostenibilidad del sector. El ministro de Hacienda resaltó la necesidad de formalizar las cooperativas cafeteras para garantizar la sostenibilidad del sector y proteger a las más de 540.000 familias cafeteras.

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La producción de café de Colombia en los últimos 12 meses alcanzó los 13,41 millones de sacos de 60 kilos, lo que significa un crecimiento del 21% con respecto al año anterior.

Así lo informó este miércoles el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), Germán Bahamón, en la apertura del 93 Congreso Nacional de Cafeteros que comenzó hoy en Bogotá, en el que el gremio define sus planes para 2025.

“Es un logro extraordinario, es un testimonio de la resiliencia y la capacidad de adaptación de los cafeteros colombianos y de nuestro gremio que ha enfrentado los desafíos con determinación y unidad”, aseguró el ejecutivo en una rueda de prensa.

Producción de café en Colombia

Por otro lado, Bahamón dijo que el valor de la actual cosecha cafetera fue de 14,2 billones de pesos (unos US$3.200 millones), cifra que no solo beneficia a los cultivadores, sino que es un palanca para mover la economía del país.

“Con una cifra que asciende a 14,2 billones de pesos colombianos, hemos registrado un crecimiento del 26%, y en lo que va de este cuarto trimestre alcanzamos un 108 % de incremento”, detalló.

Según Bahamón, eso posiciona a los cafeteros “como un actor protagónico en la recuperación económica de Colombia”.

Época de buenos precios

Bahamón se mostró igualmente satisfecho por el incremento de los precios del café en el mercado internacional: “el 2024 ha sido un año de tendencia alcista. Cerramos el 2023 con un precio de US$1,88 por libra (…) hoy, en noviembre de 2024, celebramos un precio de US$3,18 por libra”.

“Aunque estamos en un buen momento, debemos ser conscientes de la necesidad de invertir en fertilización y renovación”, acotó.

En línea con las buenas cifras, Bahamón dijo que en 2024 se han renovado 90 mil hectáreas de cafetales, la mayor de los últimos once años.

“Cerraremos este año con más de 90 mil hectáreas renovadas, una cifra que supera incluso la de 2013, el mejor registro en los últimos once años. Esto demuestra el impacto de nuestra organización y su conocimiento, únicos en la caficultura nacional. Además, estoy convencido de que la sostenibilidad de nuestra caficultura depende de una fertilización adecuada”, aseguró.

Para seguir en el camino de las buenas noticias para los cafeteros, Bahamón llamó al Gobierno colombiano a mantener el apoyo a los planes de fertilización, que es uno de los mayores gastos para los cultivadores.

Al referirse al funcionamiento de la Federación, recalcó que como lo “ordenaron” los cafeteros se ha logrado “un ahorro del 20% en los gastos de administración y operación, demostrando que la austeridad no solo es un principio, sino una herramienta para alcanzar la eficiencia y obtener mejores resultados”.

Por su parte, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, a quien el presidente colombiano, Gustavo Petro, le pidió hoy la renuncia a través de redes sociales, destacó la necesidad de formalizar las cooperativas cafeteras para asegurar la sostenibilidad del sector en el país.

Bonilla dijo que las cooperativas han decrecido en su participación en el mercado, lo que perjudica a las más de 540.000 familias cafeteras. “Las familias cafeteras no pueden, pero asociadas sí”, concluyó.