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Tras últimos datos del FMI sobre Chile, expertos remarcan necesidad de fomentar inversiones y empleo

Por Verónica Reyes
Con información de Vanesa Gajardo.

27 noviembre 2024 | 08:49

Ayer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) entregó un análisis final respecto a sus proyecciones para Chile.

Aseguró que en 2024 se espera que el PIB real crezca un 2,3%, “impulsado por exportaciones mineras y de servicios robustas, y entre un 2% y 2,5% en 2025, dada la esperada recuperación de la demanda interna”.

Tal análisis distó de lo proyectado en su informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO en inglés) de octubre, donde el FMI indicó un crecimiento de 2,5% para este año y de 2,4% para 2025.

Por lo anterior, los expertos llamaron a poner todos los esfuerzos en fomentar la inversión y hacer crecer el empleo; sin olvidar que lo perdido en materia económica no se recuperará.

En el caso de la inflación, el organismo internacional señaló que esta se mantendrá por encima del objetivo del 3% del Banco Central hasta principios de 2026, asociado principalmente al aumento acumulado por el alza en las tarifas eléctricas.

Ricardo Bustamante, subgerente de estudios de Capitaria, destacó que el empleo es clave en la fórmula que ayudará a recobrar el crecimiento de Chile.

Mismo mensaje entregó Alejandro Urzúa, analista económico de la Universidad Andrés Bello y Open BBK, respecto de las principales trabas, algunas de carácter político que hacen que el estancamiento persista.

Si bien el FMI indicó que hacia adelante se observa una recuperación en el consumo, economistas consultados por La Radio opinaron que hay que asumir que, en el mediano plazo, Chile no logrará recuperar un nivel de crecimiento como el que tenía hace una década.

Por último, el Fondo Monetario Internacional sostuvo que nuestro país -entre varios puntos- necesita “urgentemente un impulso al crecimiento comercial”, “(…) fortalecer la inclusión y abordar los desafíos del envejecimiento poblacional y el cambio climático”; también agilizar permisos de inversión y evaluaciones ambientales; y facilitar la investigación y desarrollo (I+D), “que aún es baja”.