El pasado 12 de noviembre, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, confirmó que persistía el plan de presentar una reforma al impuesto a la renta.
Los ejes de la iniciativa, según trascendidos, el Ejecutivo los tendría delineados, pero guardados aún bajo siete llaves.
La razón de lo anterior es que recién comenzarían a difundir dichos lineamientos una vez que quede completamente sellado todo lo relativo con el Presupuesto 2025, que la semana pasada fue despachado por el Senado a su tercer trámite constitucional a la Cámara Baja, que deberá revisar y validar nuevos cambios.
Reforma de impuesto a la Renta
Ha pasado harta agua bajo el puente y también varios cuestionamientos: el proyecto de reformar el impuesto a la renta estaba inicialmente incluido dentro de la reforma tributaria, que obtuvo un total rechazo, y posteriormente se adjuntó al denominado Pacto Fiscal.
Pero, finalmente y para que la discusión avanzara, el Ejecutivo optó por separarla de esos proyectos.
Aunque el anuncio no se ha oficializado, el Gobierno plantearía rebajar el impuesto de primera categoría a un 25% y aumentar la carga tributaria que las Pymes pagan desde la pandemia, sin superar el 20%.
La compensación de esa reducción, se espera que sea explicada cuando difunda más antecedentes.
Heriberto Urzúa, consejero de la Sofofa, sostuvo que cualquier iniciativa que vaya en línea con impulsar el crecimiento y fomentar la inversión, “será bien recibida”.
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Hace poco el ministro Marcel se reunió con la pequeña empresa y les garantizó que el proyecto no las perjudicaría.
En las últimas horas, reiteró su compromiso con un régimen transparente y neutral, asegurando que uno de sus objetivos será impulsar “el desarrollo” de los más pequeños.
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Y en lo que fue el encuentro “Gremios por Chile” la semana pasada, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, Alfredo Echavarría, valoró los cambios que adoptaría el Ejecutivo de su propuesta inicial, que sí tocaba, por ejemplo, a la clase media.
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En lo que fue el debate inicial de la reforma del impuesto a la renta, las grandes empresas planteaban una tasa del 23% como la mayoría de los países de la OCDE.
Sin embargo, esa idea habría ido perdiendo terreno y el sector privado estaría dispuesto a acogerse a lo que plantee el Gobierno.