Este miércoles el Banco Central de Chile publicó el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre de 2024.
El documento que entrega la visión del Consejo del instituto emisor sobre los principales riesgos, vulnerabilidades y mitigadores para la estabilidad financiera chilena.
En las páginas, se destaca que la principal fuente de riesgos para la solidez financiera local continúa siendo “el escenario externo”.
Resalta que, si bien se inició el ciclo de normalización de la política monetaria en las economías desarrolladas, incluido Estados Unidos, han aumentado las tensiones geopolíticas a nivel global, además de la incertidumbre sobre el potencial impacto de políticas económicas y comerciales que puedan adoptarse en EEUU u otras economías.
El reporte, también en el ámbito de los riesgos, da cuenta de los altos niveles de deuda pública y privada en el mundo; y la presión que ejercen estos sobre las tasas de interés de largo plazo, “además de la elevada valoración de los activos financieros y las vulnerabilidades que este tema representa frente a cambios abruptos en el apetito por riesgo global”.
Esos eventos mantienen vigente el riesgo de un deterioro de las condiciones financieras para las economías emergentes y que -de concretarse una situación como esta-, “podría incidir en una depreciación de sus monedas, un aumento de sus costos de financiamiento y/o, eventualmente, en salidas de capitales”.
Eventual secuela para el escenario interno
A nivel interno, se precisa, “un escenario en que se estrechen las condiciones de financiamiento externo repercutiría en los agentes locales, aumentando el riesgo de incumplimiento de hogares y empresas”.
Eso sería particularmente relevante en aquellos grupos que han sido identificados como “vulnerables” y que presentan mayor rezago en su recuperación.
Empresas
Respecto del endeudamiento agregado de las empresas, el informe indica que éste se mantuvo estable al segundo trimestre de 2024, aunque con cambios en su composición con un menor dinamismo del crédito bancario local y una mayor deuda externa en empresas de mayor tamaño, nuevas emisiones de bonos externos y un aumento en la valoración de sus deudas en moneda extranjera por la depreciación del peso.
El IEF destaca que, en líneas generales, “ha continuado el proceso de normalización de los indicadores financieros de las empresas”.
En todo caso, menciona que este proceso está rezagado en empresas de menor tamaño, en firmas de los sectores inmobiliario, construcción y comercio, y también en aquellas que obtuvieron créditos Fogape durante la pandemia (en este contexto el impago se ha elevado).
Situación financiera de los hogares
En cuanto a la situación financiera de los hogares, el IEF destaca que ésta evoluciona “favorablemente” y resalta un “aumento de los ingresos y el ahorro”.
“La disminución de las tasas de interés ha permitido una reducción de la carga financiera, especialmente en los quintiles de menores ingresos y en deudas de menor plazo. Respecto del impago, se redujo en el segmento de créditos de consumo y aumentó en el hipotecario”, agrega.
Banca
De acuerdo con el IEF, la banca local cuenta con provisiones, garantías y capital suficiente para enfrentar eventos adversos.
Entre los próximos desafíos del sector bancario, el informe indica que deberá continuar gestionando el aumento del riesgo de crédito de su cartera y proseguir con su preparación para la plena convergencia a Basilea III.
Por todo, y dado el actual entorno macrofinanciero complejo, el IEF destaca que es “crucial contar con un mercado financiero más profundo que permita enfrentar eventos adversos”.