China anunció este miércoles nuevas medidas fiscales para “fomentar la estabilidad y el desarrollo saludable” del mercado inmobiliario, en el marco de una campaña cada vez más persistente por parte de las autoridades para apuntalar el maltrecho sector.
Las políticas, que se aplicarán a partir del próximo 1 de diciembre, incluyen modificaciones en los impuestos sobre las transacciones de bienes inmuebles y sobre el valor añadido de la tierra, según un comunicado del Ministerio de Finanzas del gigante asiático.
Las medidas anunciadas incluyen una rebaja en el impuesto de transacción sobre viviendas, con el fin de facilitar la adquisición de propiedades para familias que buscan tanto su primera vivienda como una segunda.
La tasa preferencial del 1%, hasta ahora aplicable a viviendas de hasta 90 metros cuadrados, ahora se aplicará a apartamentos de hasta 140 metros cuadrados en todo el país, eliminando así las diferencias entre ciudades.
En ciudades como Pekín, Shanghái (este), Cantón (sureste) y Shenzhen (sureste), las políticas impositivas sobre la segunda vivienda también se unificarán, lo que ofrecerá mayores incentivos a los compradores en las principales áreas urbanas.
Otros ajustes
Las autoridades anunciaron asimismo una disminución en la tasa de pago anticipado del impuesto sobre el valor añadido de la tierra, con un ajuste a la baja del 0,5% en las distintas regiones, con la esperanza de facilitar el desarrollo de proyectos inmobiliarios.
Además, se reducirá el coste de transacción en el mercado de viviendas de segunda mano: la exención del IVA se aplicará a la venta de todas las viviendas con más de dos años de antigüedad, un beneficio antes limitado solo a viviendas ordinarias en ciertas ciudades.
El ministro de Vivienda chino, Ni Hong, aseguró recientemente que el sector inmobiliario ya habría “tocado fondo”, y adelantó una expansión de su programa de financiación para proyectos inmobiliarios, que alcanzará el equivalente a unos 562.000 millones de dólares a finales de 2024, ofreciendo un mayor acceso al crédito a promotoras para concluir obras en curso.
En mayo, las autoridades ya habían lanzado un amplio paquete de medidas para tratar de reflotar el sector, con miles de millones de dólares en créditos para proyectos de viviendas subsidiados o la reducción de las cuotas de entrada necesarias para adquirir casas, aumentando asimismo el número de personas que pueden ser consideradas como compradores de primera vivienda.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciara restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que habían acumulado un alto nivel de deuda, entre las que destacaba Evergrande, con un pasivo de casi 330.000 millones de dólares.
Ante la coyuntura, el Gobierno anunció diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras, a las que se marcó como prioridad la finalización de los proyectos vendidos sobre plano, asunto que preocupa a Pekín por sus implicaciones para la estabilidad social, ya que la vivienda es uno de los principales vehículos de inversión de las familias chinas.