En las últimas horas, el Grupo CAP realizó su segundo Capital Market Day, evento dirigido a sus inversionistas y analistas.
Ahí, detalló los avances en la Estrategia 2030 de la compañía y reveló los planes de crecimiento de sus empresas operativas.
Y fue en ese contexto que el gerente general, Nicolás Burr, comunicó que están trabajando en el diseño de lo que será el Huachipato del futuro, en un proyecto denominado “Huachipato 2.0”.
CAP ratificó que “seguirá invirtiendo” en la región del Bío Bío y trabajando “para que Huachipato vuelva a ser un motor de desarrollo del país y la región”.
“Huachipato 2.0”
“Huachipato 2.0” contempla la creación de cuatro zonas: Hub Logístico; Hub Industrial; Hub de Innovación y Emprendimiento para el Desarrollo Industrial; y un Espacio de Conservación Ecológica.
En el primero de ellos, CAP buscará potenciar su puerto de graneles ubicado en Huachipato, el cual -dijo- “tiene una conectividad privilegiada y una ubicación estratégica para absorber el crecimiento del comercio internacional a través de la región”.
El Hub Industrial, en tanto, buscará potenciar el desarrollo de industrias basadas en materiales críticos para la descarbonización de Chile y el mundo.
“En este polo se enmarca el piloto de acero verde”, señaló la firma, recordando que está trabajando con sus socios alemanes de SMS Group -empresa líder en proyectos de descarbonización para la industria de los metales- y con el ministerio de Economía alemán.
En el caso del Hub de Innovación y Emprendimiento para el Desarrollo Industrial, buscarán promover la innovación y la transferencia tecnológica, mientras que en el Espacio de Conservación Ecológica, Grupo CAP buscará preservar la biodiversidad de la zona y eventualmente abrir espacios a la comunidad.
Tierras Raras y hierro
CAP resaltó que actualmente participa en sectores críticos para la economía a través de sus empresas operativas, en tres grandes líneas de negocios: minería, industria e infraestructura.
Recordó que en el sector minero marcó un importante hito en su estrategia: en marzo ingresó al negocio de las Tierras Raras, mediante una asociación con la firma canadiense Aclara Resources.
En el marco de ese acuerdo, CAP adquirió el 20% de la propiedad del proyecto que Aclara desarrolla en Penco (región del Bío Bío) para la extracción de Tierras Raras y pactó la posibilidad de comprar el 19,9% de la matriz de la firma en Canadá, lo que le permitiría participar del proyecto “Carina” que Aclara tiene en Brasil.
Por último, crearon la empresa REE Alloys, cuya propiedad se divide en partes iguales y a través de la cual se desarrollarán productos de valor agregado en base a aleaciones de hierro y Tierras Raras, las cuales se usan como materia prima para la elaboración final de magnetos permanentes.
“El joint venture con Aclara es un hito clave para nosotros, pues nos permitió sumar a nuestro portafolio un nuevo material crítico para la descarbonización, que es el corazón de nuestra estrategia”, afirmó Burr.
En el segmento minero destaca también la operación de Compañía Minera del Pacífico (CMP), el principal productor de minerales de hierro y pellets de la costa americana del Pacífico.
La estrategia de esta empresa tiene como principal objetivo aumentar la producción total de hierro en un 38% al 2032 y producir 6% del mercado mundial de mineral de hierro de alta calidad al 2030.
“Se estima que la demanda por mineral con mayor contenido de fierro destinado a la fabricación de acero de reducción directa crecerá significativamente en los próximos años, motivado por las tendencias de descarbonización a nivel mundial”, detalló CAP.
Para lograrlo, la firma continuará potenciando sus operaciones actuales. El primer paso será la optimización de Cerro Negro Norte, en el Valle de Copiapó, proyecto que contempla una inversión estimada de entre US$350 y US$450 millones y que permitirá aumentar la producción de la mina en 2 millones de toneladas por año, de 2029 en adelante.
En Huasco y Elqui, en tanto, se realizarán proyectos orientados a alargar la vida útil de estas minas hasta 2050.
El primer proyecto contempla una inversión de entre US$1.200 millones y US$1.500 millones, mientras que en Coquimbo tienen en carpeta un proyecto subterráneo, que contempla una inversión estimada de entre US$350 y US$450 millones.