Desde el gremio que concentra al gran empresariado nacional reaccionaron a la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos, quien logra el pase a su segundo periodo como presidente de la primera potencia mundial.
Con la elección de este martes, el magnate se convierte en el primer mandatario que vuelve a la Casa Blanca después de perder unas elecciones, siendo el primero en también llegar a la presidencia siendo condenado penalmente.
En este contexto es que el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Ricardo Mewes, expresó que el triunfo de Trump “demuestra que supo sintonizar con las principales preocupaciones de los votantes estadounidenses”.
Según Mewes, estas preocupaciones se relacionan con que los estadounidenses “sienten que ha subido su costo de vida, que en el último tiempo hubo un aumento de la inmigración irregular y que el país necesita más garantías de seguridad”.
CPC se refiere a la victoria de Trump en Estados Unidos
Sin embargo, el presidente de la CPC también puso una señal de alerta sobre las medidas que podría tomar el republicano, señalando que les “preocupa el afán proteccionista (de Trump) y esperamos que eso no se concrete”.
“Un mundo menos globalizado es muy negativo para la economía mundial. Perjudica a todos los países y consumidores, porque implica un aumento de los precios de los productos y de menos posibilidades de elección”, agregó.
Recordemos que Trump ha asegurado que impondrá aranceles de hasta un 20% a todos los productos importados, y que incluso serían de un 60% para aquellos que vengan de China, mientras que ha amenazado con aranceles de hasta el 200% a la industria automotriz de México, con tal de disuadir a los fabricantes chino de arribar a aquel país, resume Agencia EFE.
De ahí que surja este tipo de preocupaciones entre el gran empresariado, respecto a que los envíos chilenos puedan verse sometidos a aranceles para así entrar a Estados Unidos.
Finalmente, Mewes comentó que espera que la nueva administración también aplique medidas para seguir reactivando la economía estadounidense sin que “afecten el déficit fiscal, ya que un desequilibrio en el gasto público aumenta las tasas de interés y con ello, suben los costos de financiamiento para todos, incluido nuestro país”.