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China anunció nuevas medidas para revitalizar su sector inmobiliario después de una crisis de tres años, con un programa de financiación de US$562 mil millones hasta 2024. Las autoridades permitirán a los promotores acceder a créditos para concluir obras y a las autoridades locales adquirir propiedades sin vender. La crisis se intensificó en 2021 con limitaciones financieras, lo que llevó a una desaceleración del mercado y caída de precios. A pesar de intentos anteriores, el sector sigue en dificultades, con un subíndice inmobiliario en baja y que ha perdido un 44% en los últimos tres años. Las medidas actuales buscan estabilizar los precios sin sobrecalentar el mercado, pero se necesitan más acciones para reactivar la industria según expertos.

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China anunció este jueves nuevas medidas en un nuevo intento de revitalizar el sector inmobiliario, que habría “tocado fondo”, según las autoridades, tras tres años de grave crisis de una industria que tiene un peso de alrededor del 30% en la segunda economía del mundo.

El Gobierno avanzó una expansión de su programa de financiación para proyectos inmobiliarios, que alcanzará los US$562 mil millones a finales de 2024, si bien algunos expertos apuntan a que se necesitan más medidas para reactivar el sector.

El ministro de Vivienda, Ni Hong, detalló hoy que la citada expansión permitirá a los promotores concluir sus obras en curso mediante un mayor acceso al crédito, con la condición de que los fondos no se utilicen para cancelar deudas anteriores.

El Ejecutivo chino permitirá también a las autoridades locales usar fondos especiales para adquirir propiedades sin vender y terrenos, buscando reactivar un sector que, según el ministro, “ha tocado fondo” y del que se espera una lenta recuperación tras haberse convertido en un gran factor de ralentización de la economía china en los últimos años.

Una crisis prolongada en el sector inmobiliario de China

Los principales problemas para las inmobiliarias chinas comenzaron en 2021, cuando Pekín impuso limitaciones a su capacidad para financiarse vía apalancamiento. Evergrande, la mayor promotora de China, arrastraba entonces un pasivo superior a los US$300 mil millones.

La consiguiente desconfianza de los posibles compradores provocó un frenazo del mercado y una bajada de precios preocupante, en un país en el que las viviendas son uno de los principales vehículos de inversión para las familias.

Archivo | Alex Plavevski | EFE

En agosto, los precios de la vivienda nueva en 70 ciudades chinas cayeron un 5,3% interanual, en el decimoquinto mes consecutivo de descenso. Este indicador ya retrocedió un 24,3% en 2022 y otro 8,5% en 2023.

El principal objetivo de los reguladores ahora mismo es “proporcionar apoyo sin sobrecalentar el mercado”, indicó el economista Xu Tianchen, citado hoy por el diario hongkonés South China Morning Post, que agregó que las autoridades buscan “mitigar los riesgos financieros y estabilizar los precios”.

Larga lista de medidas

No es la primera vez que las autoridades tratan de apuntalar el maltrecho sector.

En los últimos años, tanto el Gobierno central como los locales han tratado de facilitar las compras de vivienda rebajando las cuotas de entrada para adquirir pisos, aumentando el número de personas que pueden ser considerados compradores de primera vivienda o impulsando la financiación a promotoras en apuros.

Sin embargo, las medidas de los últimos meses no han logrado el efecto deseado. El analista Raymond Cheng, citado por el diario hongkonés, aseguró que la flexibilización de algunas restricciones “debería tener un efecto inmediato de mejora del sentimiento del mercado”, pero el mercado chino “no es normal en la actualidad”.

De hecho, el subíndice Inmobiliario del índice principal de la Bolsa de Hong Kong descendió hoy un 2,92% pese a los anuncios del Gobierno.

El experto apuntó recientemente que “se necesitan más medidas de flexibilización”, como la “reducción de las tasas hipotecarias, altas en las grandes ciudades”.

Por su parte, Xu pronosticó que, dado que las promotoras todavía se hallan “bajo tensiones financieras” y las políticas “se centran en el control de la nueva oferta”, las ventas de viviendas “seguirán a un ritmo lento”.

Inversiones fallidas

En las redes sociales chinas, abundan desde hace un año testimonios de pérdidas financieras o la falta de progreso en la construcción de viviendas compradas.

Una pareja acumuló este año cientos de miles de seguidores en la red social Douyin contando su odisea tras la compra sobre plano de un piso en la ciudad central de Zhengzhou.

Primero, se enfrentaron a un recorte salarial que los dificultó hacer frente a los pagos y, más adelante, a las dificultades financieras de la inmobiliaria, que detuvo la construcción del bloque de apartamentos.

Millones de internautas se sintieron identificados con la historia de la joven pareja, en un contexto de desaceleración de la economía china y de recortes de sueldo en varios sectores.

La crisis también se ha hecho notar en el mercado bursátil: el subíndice Inmobiliario de la Bolsa de Hong Kong acumula una pérdida del 44% en los últimos tres años.