El Gobierno de Ecuador anunció este jueves la suspensión temporal del cobro de las facturas de electricidad correspondientes a septiembre debido a denuncias de ciudadanos que aseguran que el precio del último mes subió, pese a que el país sufre cortes del servicio de aproximadamente 10 horas diarias.
Aquellas quejas se registraron en los últimos días en varias ciudades de Ecuador como Quito y Guayaquil, en donde decenas de personas llegaron hasta las oficinas de las empresas de electricidad para pedir que se revisen los aumentos de los valores que reflejan los recibos.
“Se ha iniciado un proceso de auditoría para revisar estos valores e identificar las posibles anomalías denunciadas por los usuarios”, señaló el Ministerio de Energía y Minas en un comunicado.
La cartera de Estado precisó que, debido a esta medida, tampoco se realizarán cortes del servicio de energía eléctrica por falta de pago “hasta que culmine el proceso”.
Por otro lado, señaló que los usuarios que ya hayan cancelado el valor del recibo de septiembre, pero que aun así tengan reclamos, podrán realizarlos ante cada una de las empresas distribuidoras de energía del país.
Crisis de energía en Ecuador
A inicios de septiembre, el Gobierno anunció que asumiría el costo del consumo eléctrico de diciembre, enero y febrero próximos de los hogares que usen hasta 180 kilovatios en cada uno de los mencionados meses, una medida de “alivio económico” para las familias ecuatorianas, dijo la Presidencia.
El Ejecutivo también ha anunciado medidas de medio y largo plazo para atender la crisis energética, como la contratación de una barcaza de generación de 100 megavatios, que ya está en funcionamiento.
Además, el Ministerio de Energía ha solicitado a las empresas privadas tener activados sus generadores eléctricos a combustible todo el tiempo que sea posible durante el día para reducir la demanda del sistema eléctrico nacional.
La matriz de generación eléctrica de Ecuador está compuesta en más de un 70 por ciento de energía hidroeléctrica, asentada sobre todo en la central Coca-Codo-Sinclair, la más grande del país con 1.500 megavatios de potencia; y en el complejo del río Paute, que alimenta a un conjunto de centrales hidroeléctricas con una potencia en conjunto de 1.757 megavatios.