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Brasil registró una inflación negativa del 0,02% en agosto, y deja al Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) por debajo del techo de la meta para la inflación anualizada en 2024 (4,50%), según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística. Este descenso se atribuye a la caída de los precios de la energía eléctrica residencial y los alimentos. Sin embargo, se espera un repunte en los precios de los alimentos debido a la sequía que afecta al país. Esta evolución negativa podría llevar al Banco Central a reducir los tipos de interés, actualmente en 10,50% anual, medida impulsada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva pero que planea recortar para estimular la economía. Se proyecta que la inflación cierre el año en 4,30%, por debajo del objetivo.

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Brasil, la mayor economía de América Latina, registró una inflación negativa del 0,02% en agosto, frente al alza del 0,38% en julio, gracias a la caída de la electricidad residencial y los alimentos, informó este martes el Gobierno.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) bajó en agosto hasta el 4,24% interanual, 0,26 puntos menos con respecto al mes anterior, es decir, por debajo del techo de la meta para 2024 (4,50%), según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.

El dato de agosto es el primero negativo desde junio de 2023, cuando experimentó un leve descenso del 0,08%.

Brasil anota retroceso de la inflación en agosto

El resultado se vio impactado principalmente por la caída de los precios de la energía eléctrica residencial (-2,77%) y los alimentos y bebidas (-0,44%).

El descenso de los alimentos respondió “a una mayor oferta en el mercado debido a un clima más benigno a mediados de año”, lo que propició “un mayor ritmo de recolección e intensificación de los cultivos”, según indicó el IBGE en una nota.

No obstante, los analistas esperan un repunte de los alimentos en los próximos meses, como consecuencia de los efectos de la extrema sequía que sufre en estos momentos todo el país, la peor desde 1950, según las autoridades brasileñas.

Aun así, el resultado negativo de agosto corta la tendencia al alza que la inflación inició en mayo pasado.

Esta evolución negativa puede llevar al Banco Central a bajar los tipos oficiales de interés, que en la actualidad están en el 10,50 % anual, algo demandado por el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que apuesta por recortar la tasa para impulsar la economía.

El mercado financiero calcula que la inflación cerrará el año en Brasil en el 4,30%, es decir, por debajo del techo de la meta, que es de 4,50%.

El Producto Interior Bruto (PIB) brasileño se expandió en 2023 un 2,9% y este 2024 está previsto que crezca un porcentaje similar, según las últimas proyecciones de analistas del mercado.