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El empresario chileno Alberto Chang, acusado de liderar una estafa piramidal, rompió su silencio en Malta, afirmando disponer de un fideicomiso de más de US$100 millones para devolver dinero a inversores de Grupo Arcano. Chang negó las acusaciones, destacando la operatividad legal de su empresa por 15 años y el cumplimiento de compromisos financieros. Frente a inversionistas estafados, defendió que estos debían ser calificados y asumir riesgos, atribuyendo la quiebra a circunstancias externas y no falta de fondos. La Fiscalía Oriente considera que fue una estafa dolosa, causando un perjuicio de US$100 millones.

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El empresario chileno Alberto Chang, acusado de liderar una de las estafas piramidales más grandes de la historia del país, rompió su silencio desde la cárcel en Malta.

En una entrevista realizada a través de Skype para el programa Informe Especial, Chang negó las acusaciones y aseguró que dispone de un fideicomiso de más de US$ 100 millones para devolver el dinero a quienes invirtieron en el Grupo Arcano, su empresa investigada por fraude.

“Este fideicomiso, por un tema de seguridad, como es personal y yo soy el beneficiario, solo puede ser accedido en persona. Como yo no he podido salir de Malta, no he podido acceder a él“, afirmó Chang. Ante la pregunta sobre la cantidad de dinero disponible en dicho fideicomiso, el empresario respondió con seguridad: “Más de 100 millones de dólares en este momento”.

Grupo Arcano

El Grupo Arcano, creado por Chang en 2001, fue el centro de una amplia red de inversiones que, según sus palabras, operó sin problemas durante 15 años.

Durante estos 15 años nosotros creamos empresas reales en Chile, oficinas en Estados Unidos, inversiones reales y documentadas, con Snapchat, Uber”, declaró Chang, quien se defendió categóricamente de las acusaciones en su contra. “No soy estafador y yo creo que lo importante aquí son los hechos”, enfatizó.

Chang también resaltó que durante todo el tiempo que su empresa operó, cumplió con sus compromisos financieros. “Nunca dejé de pagar ni siquiera una tarjeta de crédito. Siempre tuvimos buenas relaciones con nuestros inversionistas, se les pagó a todos. Hasta el 2016, muchos de ellos, literalmente miles, recibieron sus inversiones puntualmente todos los días”, añadió.

“Esta siempre fue una inversión de riesgos”

Frente a las acusaciones de miles de inversores en Chile que afirman haber sido estafados, Chang ofreció su visión.

“La gente que invirtió con nosotros debe ser inversionista calificado, por lo cual firman un documento antes de invertir. Si la persona que invirtió no tiene apetito de riesgo, no es un inversionista calificado, y por tanto, nunca debió haber invertido con nosotros. Esta siempre fue una inversión de riesgos”, dijo.

En cuanto a la quiebra de su empresa, Chang explicó que ocurrió debido a circunstancias externas y no por falta de fondos.

“En menos de 30 días yo ya tenía declarada mi quiebra personal y de todas mis empresas en todo el mundo. Ni siquiera se me concedió 30 días para repactar, para acceder a más fondos”, relató, indicando que la suspensión de sus cuentas en el extranjero lo dejó sin capacidad financiera para remesar a Chile.

Chang fue enfático en señalar que el default en los pagos no fue producto de una estafa. “Una deuda forzosa no es una estafa dolosa. Yo fui forzado de una deuda. Yo no estafé a nadie”, sentenció.

Para la Fiscalía fue una estafa dolosa

Por su parte, la Fiscalía Oriente de Chile, a través del fiscal Felipe Sepúlveda, tiene una opinión contraria. En el mismo reportaje, Sepúlveda sostuvo que “creemos que sin dudas esto fue una estafa dolosa. Creemos que provocó un perjuicio del orden de los US$ 100 millones a todas las víctimas en su conjunto”.

Sepúlveda agregó que este caso no se trató de una simple mala inversión. “Uno puede pensar ‘no hay estafa si es que hago la inversión y me va mal’. Este no fue el caso”, concluyó el fiscal, reforzando la acusación contra Chang y el Grupo Arcano.