El Fondo Monetario Internacional (FMI) renovó una línea de crédito flexible (LCF) por US$13.800 millones a dos años con nuestro país. La línea, menor a la obtenida en agosto de 2022, se cuenta como una especie de “seguro” ante riesgos externos para la economía y sólo se usará en caso de ser necesario.
Por ende, no es un préstamo que el país tome directamente para sus arcas fiscales, sino que es simplemente una crédito precautorio y temporal dispuesto por el FMI a aquellos países con fundamentos sólidos y destacadas políticas macroeconómicas.
El Banco Central destacó que esto complementa las reservas internacionales que posee el ente emisor y que alcanzan los US$44.950 millones.
“De este modo, la disponibilidad de liquidez en moneda extranjera del Banco Central de Chile alcanza una cifra cercana a US$67.000 millones (21% del PIB)“, señalaron en un comunicado.
Además, desde el Banco Central chileno subrayaron que desde 2009, tanto México, Polonia, Colombia, Perú y Chile han tenido acceso a esta facilidad, que provee un respaldo en caso de “enfrentar shocks externos más severos”, junto con apoyar “la transmisión de la política monetaria y contribuir a la estabilidad financiera”.
FMI renueva línea de crédito con Chile
Por parte del FMI, destacaron que Chile calificó para esta línea de crédito “en virtud de sus muy sólidos fundamentos económicos y marcos de política institucional, y de un historial sostenido de políticas macroeconómicas muy sólidas”.
Pero a pesar que el Subdirector Gerente del FMI, Bo Li, destacó que las perspectivas a corto plazo mejoraron por el repunte de las exportaciones mineras y el consumo, “la economía chilena sigue expuesta a elevados riesgos externos”.
Estos riesgos van ligados a la incertidumbre por los tipos de interés en EEUU (los cuales se esperan, bajen en septiembre), la ralentización de la economía china y socios comerciales clave, más una intensificación de los conflictos geopolíticos.
Con todo, el representante del organismo destacó las políticas implementadas para resolver los desequilibrios macroeconómicos producidos en la pandemia, junto con los proyectos para agilizar inversiones, “seguir aumentando los ingresos -principalmente mejorando el cumplimiento de las obligaciones tributarias- y reforzar la seguridad social”.
La renovación de esta línea de crédito se marca como el tercer acuerdo de este tipo con el FMI desde el 2020. Los montos se han ido disminuyendo y, según declararon las autoridades chilenas al Fondo, la intención es ir reduciendo gradualmente el acceso en base a los riesgos externos.