Entre acusaciones de dumping, subvenciones ilegales e investigaciones por uno y otro lado, desde China estárían estudiando seguir imponiendo aranceles a productos de acero importados desde la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur e Indonesia.
Fue el Ministerio de Comercio de China que anunció este lunes, que reconsiderará la expiración de los mencionados aranceles, impuestos a mediados el 2019.
Así, desde mañana y durante un año, investigarán las importaciones de palanquillas de acero inoxidable y laminados de acero inoxidable, producidos por aquellos países.
El objetivo, apuntó Comercio, es determinar si los daños provocados por el ‘dumping’ (la venta por debajo del valor de costo) podrían continuar o volver a darse en caso de que finalmente se retiren esas tasas tras los cinco años de duración prevista inicialmente.
Tira y afloja arancelario entre la UE y China
En 2019, Pekín impuso aranceles de hasta un 103,1% para algunas compañías surcoreanas que importaban estos productos. En el caso de la UE -y del Reino Unido, pese al ‘brexit’-, esas tasas son del 43%.
Las palanquillas de acero inoxidable y los laminados en caliente de acero inoxidable se utilizan principalmente como materia prima para fabricar productos de acero inoxidable laminados en frío o se utilizan en la construcción naval, contenedores, ferrocarriles, energía y otras industrias.
En los últimos años, la UE y algunos países han reclamado a Pekín que reestructure su abultado sector siderúrgico -China es, con diferencia, el mayor productor mundial de acero- y evite la comercialización de artículos de ese ámbito a precios inferiores a su costo.
El pasado 27 de junio, China anunció otra reconsideración por expiración sobre los aranceles ‘antidumping’ sobre la toluidina -compuesto orgánico empleado en la fabricación de tintes, fármacos o pesticidas- importada desde la UE.
Esta decisión se produjo en un contexto de tensiones comerciales entre Pekín y el bloque comunitario después de que la Comisión Europea anunciase recientemente aranceles a la importación de vehículos eléctricos procedentes del gigante asiático, a lo que China respondió con pesquisas ‘antidumping’ contra el cerdo europeo, algo que afecta especialmente a España, su principal suministrador.