VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

En medio de una alta inflación en Argentina, los argentinos se ven afectados en sus viajes al exterior, ya que la economía del país dificulta el ahorro. El presidente Javier Milei ha aplicado ajustes para combatir la inflación, lo que ha impactado negativamente en la clase media, que ahora tiene dificultades para viajar. La demanda de viajes se mantiene entre aquellos de buena posición económica que pueden comprar servicios de lujo a última hora. La depreciación de la moneda y la falta de financiamiento en cuotas han reducido la accesibilidad a destinos turísticos, afectando a las agencias de viajes. Los argentinos aprovechan desequilibrios cambiarios para comprar paquetes turísticos cuando el tipo de cambio se atrasa. El Gobierno promueve el turismo interno con programas como \'Argentina Emerge\', mientras que la desregulación del mercado aerocomercial busca aumentar la oferta de vuelos. Los operadores advierten que los destinos argentinos están caros en dólares, y se espera que las empresas extranjeras que vuelan a Argentina sumen rutas para conexiones locales desde el exterior.

Desarrollado por BioBioChile

Al argentino le gusta viajar y en un país donde es difícil ahorrar por la alta inflación, los pesos que sobran los destinan a comprar pasajes, especialmente para conocer el exterior.

Pero en este 2024 “no hay plata”, la frase más repetida por el presidente del país, Javier Milei, y quienes pueden comprar paquetes turísticos son los de buena posición económica.

“El que viaja es el que tiene los dólares”, cuenta la directora de la operadora mayorista Organización Piamonte, Carla Tártara, porque observa que los servicios ahora se contratan a última hora y son de un ‘target’ alto: chofer, guías particulares, hoteles de lujo y familias con varios integrantes.

La clase media perdió poder adquisitivo, dado el fuerte ajuste aplicado por Milei para bajar la inflación, que en junio fue de 271,5% anual.

“La demanda de viajes” está dada “por la franja de gente que viaja siempre, independientemente de las condiciones del país”, explica Marcelo Marchetti, directivo de la Federación Argentina de Empresas de Viajes y Turismo (Faevyt).

“Se achicó el paquete de gente que puede viajar por la recesión y porque hay menos cuotas (para pagar)”, señala Marchetti, quien ratifica que, al “desaparecer” la financiación en cuotas y los buenos precios, ya “no accede el público más masivo”.

El argentino sabe aprovechar los desequilibrios cambiarios, un clásico en el país, para comprar paquetes turísticos cuando el tipo de cambio se atrasa o ‘queman’ los pesos en el bolsillo, en un contexto en que es difícil ahorrar para comprar una vivienda.

La clase media que viaja en estas vacaciones de invierno, que comenzaron el pasado fin de semana en Argentina, compró los pasajes en noviembre de 2023, cuando esperaba una devaluación de la moneda que finalmente ocurrió en diciembre, nada más asumir Milei, y cuando todavía existían pagos en cuotas, afirma Marchetti.

Según describe Tártara, los viajes se contrataban con nueve meses de anticipación y ahora se compran a dos o tres meses de la partida.

La caída en la demanda de viajes va más allá de las previsiones de las agencias de turismo, ya que Tártara confiesa que su empresa está 25 puntos abajo de los objetivos de crecimiento fijados para este primer semestre: “No hay plata, bajó el consumo”.

La clase media argentina podía acceder a destinos económicos como el Caribe o Brasil; y quienes están previendo las vacaciones de verano buscan un formato relativamente económico, como los cruceros Buenos Aires-Brasil.

Estrategias cambiarias

Hoy también se percibe cierto retraso del tipo de cambio y los argentinos saben que es mejor pagar los viajes con dólares en efectivo que con tarjeta de crédito, dada la cantidad de impuestos sobre el tipo de cambio oficial para efectuar pagos en el exterior.

“El Gobierno está obligando a sacar los dólares del colchón”, responde Marchetti.

De hecho, en mayo pasado salieron del país -por turismo- 402 millones de dólares en términos netos, según datos del Banco Central. Esto coincide con que el turismo emisor subió un 3,1% anual.

La Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de Argentina reaccionó el 10 de julio pasado al anunciar el programa ‘Argentina Emerge’, que, como el ‘Previaje’ en la anterior Administración, busca potenciar el turismo interno en la temporada invernal, mediante promociones en transporte, alojamientos y actividades.

Los operadores advierten de que los destinos argentinos están caros en dólares, como muestra que la llegada de turismo internacional bajó un 27,5% interanual en mayo, según datos oficiales.

Vuelos libres

El inicio de las vacaciones de invierno coincidió con una desregulación del mercado aerocomercial por parte del Gobierno, que busca aumentar la oferta, en competencia con la compañía de bandera, Aerolíneas Argentinas, y generar inversiones.

Si bien el sector privado dio la bienvenida a la desregulación, la persistencia de controles de capitales en Argentina y las amenazas de paro de los sindicatos aeronáuticos pueden demorar la inversión de empresas de capitales totalmente extranjeros, estima Marchetti, quien lidera la comisión de Transporte Aéreo de Faevyt.

Sí se observa una “buena oportunidad” para que empresas extranjeras que ya vuelan a Argentina sumen rutas para hacer conexiones locales desde el exterior, lo que afectará a Aerolíneas Argentinas, que hoy cuenta con el 70% del mercado, aunque “no este invierno”, dice el experto.