“Cautela”, eso fue lo que le sugirió este miércoles el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) al Gobierno del presidente Gabriel Boric -y también al Congreso-.
¿La razón? Pese a que han mejorado las señales en materia económica en el país, el Consejo explica que si no mejoran las proyecciones de largo plazo de crecimiento del PIB y de precio del cobre, o no se obtienen otras fuentes de financiamiento permanente, “no habrá necesariamente mayores espacios de gasto público”.
Advierte, asimismo, que continuará el estrés fiscal para el período 2025-2028, con crecimiento del gasto público acotado, alza de deuda respecto a los niveles actuales y disminución de activos financieros.
Todo eso, el CFA lo especificó en su último informe trimestral sobre Balance Estructural (BE) y nivel prudente de deuda, en el cual verifica que la Dirección de Presupuestos (Dipres), en su Informe de Finanzas Públicas (IFP) del primer trimestre de este año, haya aplicado correctamente la metodología para calcular el BE para 2023‐2028.
Cautela con el gasto público
Sobre las proyecciones presentadas por la Dipres en su último IFP, el CFA señala -mediante un comunicado- que las mejoras en las perspectivas de crecimiento económico y del precio del cobre tienen un efecto positivo en los ingresos fiscales efectivos, reduciendo las estimaciones del déficit efectivo y el endeudamiento neto.
Sin embargo, destaca que estas deben tratarse con cautela por parte del Gobierno y el Congreso, ya que no garantizan mayores ingresos fiscales estructurales -que son los que determinan el espacio de gasto público- para reducir el estrés fiscal.
En su informe, el CFA plantea que “de acuerdo con la Dipres, la mejora de estas variables, junto con otros factores, implica un aumento en las perspectivas de ingresos fiscales para el período 2025-2028, con un incremento promedio de 2,0% anual respecto a las proyecciones del trimestre anterior”.
Sin embargo, para el mismo período, las proyecciones del gasto compatible con la meta de BE mejoran sólo un 0,5% promedio anual respecto al trimestre anterior.
“Esto refleja que, si no mejoran las proyecciones de largo plazo de crecimiento del PIB y de precio del cobre, o no se obtienen otras fuentes de financiamiento permanente, según la regla fiscal dual, no habrá necesariamente mayores espacios u holguras de gasto fiscal”, profundiza.
Por lo anterior, señala que las holguras fiscales, definidas como la diferencia entre el gasto compatible con las metas de BE (aún deficitarias) y los gastos comprometidos, siguen siendo estrechas, aumentando en promedio sólo 0,1 puntos porcentuales (pp) del PIB en el período 2025-2028 respecto de la proyección anterior, pasando desde 0,3% del PIB a 0,4% del PIB promedio anual.
En ese sentido, el Consejo señala que para saber cuánto de las mejores perspectivas en el crecimiento del PIB y del precio del cobre se podría traducir en ingresos estructurales, es necesario esperar las nuevas estimaciones de los respectivos comités de expertos para las variables de PIB no minero tendencial y precio de largo plazo del cobre, los que se reunirán en julio.
Eso, dice el CFA, sin desmedro de que si se generan mayores ingresos fiscales estructurales, antes de destinarlos a gasto es pertinente evaluar si se pueden utilizar para acelerar la convergencia al equilibrio estructural y/o para reducir la deuda neta.