La deuda pública global siguió su curva ascendente en 2023, aunque el peso recayó particularmente en los países en desarrollo, indico este martes el organismo técnico de Naciones Unidas, ONU Comercio y Desarrollo, en un análisis que recoge las cifras completas y más recientes.
En términos absolutos, la deuda pública que comprende tanto deuda externa como interna alcanzó los US$97 billones, US$5,6 billones más que en 2022.
Las tasas de interés, que se han incrementado de manera significativa, implica que la carga de la deuda es más y más pesada para los países más pobres.
En total, el servicio de la deuda se elevó a US$847.000 millones.
En medio centenar de países del mundo, solo el pago de los intereses de la deuda externa son más elevados que el presupuesto que destinan a la educación, a la salud o a inversiones para la acción climática.
El organismo confirmó que los países de África tienen la peor situación en cuanto a deuda externa y que la dependencia que tienen con respecto a ésta les pone en una situación de gran vulnerabilidad.
Esta categoría de países carecen en la mayoría de casos de capacidad para entrar en complejos procesos de reestructuración, a la vez que su servicio de la deuda aumenta, en parte porque costearse deuda es mucho más caro que ellos que para los países desarrollados, por las “garantías” que ofrecen.
El ratio de rendimiento medio de un bono relacionado con deuda de un país africano es de 9,8, mientras que para Latinoamérica se sitúa en torno al 6,8; y a 2,5 en el caso de Estados Unidos y 0,8 si se trata de Alemania.