Según pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central argentino, apuntan a que la inflación será este año del 161,3%, con tasas mensuales por debajo del 6% hacia septiembre. Los precios al consumidor acumularon en 2023 una subida del 211,4% en Argentina, la tasa de inflación más alta del mundo el año pasado y la mayor en el país desde la hiperinflación de 1989-1990.

La tasa mensual de inflación de Argentina retornó en abril pasado a niveles de un dígito tras cinco meses de fuerte aceleración en los precios, que ahora exhiben cierta moderación en un contexto de contracción de la actividad económica y de caída del consumo.

Según informó este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el índice de precios al consumidor (IPC) en Argentina se situó en abril en el 289,4% interanual y creció un 8,8% en comparación con marzo.

La evolución de los precios en abril evidencia una notable desaceleración con respecto a las elevadísimas tasas mensuales que se registraron entre diciembre pasado (25,5%) y marzo último (11%).

De hecho, la inflación no mostraba una variación mensual por debajo de dos dígitos desde octubre pasado, cuando había subido 8,3%.

Entre las subidas registradas en abril destacan la de vivienda y servicio (35,6%), por los incrementos en las tarifas de gas, agua y electricidad, y la de comunicación (14,2%), por las alzas en los servicios de telefonía e internet.

Los alimentos y bebidas no alcohólicas crecieron un 6% en relación con marzo y el 293% en términos interanuales.

De acuerdo al informe oficial, la inflación de Argentina acumuló en el primer cuatrimestre del año un alza del 65%.

Inflación en la era Milei

El año inició con la inflación al ‘rojo vivo’ tras la súbita devaluación del 50% del peso argentino de diciembre pasado y la decisión del nuevo Gobierno de Javier Milei de liberar los precios ‘reprimidos’ de la economía, convalidando fuertes aumentos en bienes y servicios de todo tipo.

El furibundo comportamiento de los precios se fue aplacando a la par del derrumbe en el consumo, con una demanda golpeada por la depresión de los ingresos de los hogares, en un contexto de severo ajuste y fuerte contracción de la actividad económica.

Además, el freno a la emisión monetaria para financiar el Tesoro, uno de los pilares del plan de Milei, comenzó a tener el efecto propio de una política monetaria restrictiva.

Por otra parte, el Gobierno ha optado por posponer ciertos aumentos en las tarifas de algunos servicios y los impuestos a los combustibles e intervino para obligar a las empresas privadas de servicios de medicina a retrotraer fuertes subidas en sus cuotas, ayudando a moderar la tasa de inflación.

Tras conocerse el informe oficial, el Ministerio de Economía afirmó que la “la fuerte desaceleración” de la inflación en los últimos meses “se sustenta en el programa económico implementado en diciembre, cuyos pilares son el equilibrio fiscal, el saneamiento de la hoja de balance del Banco Central y la implementación de medidas de desregulación y reducción de costos para el sector privado”.

Según la cartera dirigida por Luis Caputo, “esto permitió transitar, en menos de cinco meses, de una economía con expectativas desancladas y alto riesgo de hiperinflación a una que ha generado las condiciones para la reaparición del crédito hipotecario de largo plazo luego de siete años”.

“Estamos trabajando fuertemente para que el proceso de desinflación se siga profundizando en los próximos meses”, aseguró el Ministerio de Economía.

Los más recientes pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central apuntan a que la inflación será este año del 161,3%, con tasas mensuales por debajo del 6% hacia septiembre.

Los precios al consumidor acumularon en 2023 una subida del 211,4% en Argentina, la tasa de inflación más alta del mundo el año pasado y la mayor en el país suramericano desde la hiperinflación de 1989-1990.