Para mejorar las perspectivas de estrés fiscal para el mediano plazo, el organismo recomendó avanzar en el proyecto de Responsabilidad Fiscal, junto con lograr una combinación equilibrada de fuentes permanentes de financiamiento para políticas públicas.
Si bien hubo mejoras en la situación fiscal durante el año 2022, algunas de ellas se revirtieron al año siguiente. Ese fue el balance que hizo el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) en la presentación de su informe semestral, en la comisión mixta de presupuestos del Senado.
Y es que, según detallaron desde el CFA, al comparar las cifras de ambos años se evidencia un “empeoramiento en varios indicadores clave de las finanzas públicas”.
Algunos datos los conocimos al comienzo de este año, como lo respectivo al Balance Estructural; es decir la comparativa de los ingresos fiscales y el gasto público, que pasó de un superávit de 0,2% del Producto Interno Bruto en 2022, a un déficit de 2,6% en 2023.
En tanto, la deuda bruta pasó de 38% a 39,4% del PIB en el mismo periodo, y la deuda neta lo hizo de 32% a 34,4%, lo que demuestra una situación de estrés de las finanzas públicas, el cual también se proyecta para el mediano plazo.
Nuevas alertas del Consejo Fiscal Autónomo
Respecto a las estimaciones del organismo se indica que, cumpliendo las metas de Balance Estructural hasta 2026, y llegando a un equilibrio de 0% del PIB desde 2027, la deuda bruta se podría estabilizar en torno al 43% del PIB en el largo plazo, por debajo del nivel prudente de 45 puntos porcentuales.
El presidente del Consejo Fiscal Autónomo, Jorge Rodríguez, dijo que el estrés fiscal no solo se debe a la pandemia, sino que es resultado de una tendencia que viene de la crisis financiera global de 2008, donde el gasto público superó la mayor parte del tiempo a los ingresos estructurales.
Según señaló Rodríguez, la Dipres advierte que esta situación se prolongaría al menos hasta 2028, “dejando espacios muy acotados para nuevos gastos“.
Muy poco espacio para nuevos gastos
Las estimaciones de mediano plazo muestran la prolongación del estrés fiscal, con muy acotado espacio para nuevos gastos.
Por ejemplo, para 2024-2028, las proyecciones de la Dipres muestran un aumento de la deuda bruta y neta, junto a una reducción en los activos financieros del Tesoro Público.
El diputado de Revolución Democrática, Jaime Sáez, señaló que para aumentar recursos y el espacio para nuevos gastos, se requiere un apoyo de la oposición en torno al debate del Pacto Fiscal, sobre todo, en el apartado sobre cumplimiento tributario, que ayuda a reducir la evasión y elusión de impuestos.
Pago de intereses
En la oposición, el senador de Evópoli, Felipe Kast, hizo hincapié en el preocupante aumento de los intereses a causa del endeudamiento del país, lo que restringe aún más el espacio para prioridades presupuestarias, por ejemplo, en salud y educación.
En el informe se indica que el pago de intereses pasó de un 1,9% del gasto total en 2013 a 4,2% en 2023, y para los próximos años, se podría generar una tensión adicional en las arcas fiscales.
“Aún con un Gobierno que partió el primer año con mucho fuerza, preocupándose el ministro Marcel del tema fiscal, las proyecciones que tienen son bastante preocupantes. Los intereses que estamos pagando ya equivale más o menos a lo que el Ministerio de Vivienda gasta en un año”, ejemplificó Kast.
El Consejo Fiscal Autónomo, como recomendación, considera prioritario que el Gobierno y el Congreso alcancen un consenso político amplio sobre una agenda, que otorgue un mayor crecimiento económico, y también, ingresos permanentes.