La actividad manufacturera de Estados Unidos cayó en marzo al situarse en los 51,9 puntos desde los 52,2 anteriores, por lo que se aleja de su avance más rápido desde julio de 2022, pero supone acumular tres meses consecutivos en positivo, según el índice de gerentes de compras (PMI) manufacturero elaborado por S&P Global.
La agencia ha explicado que la mejora de la situación económica general y de la demanda se tradujeron en una nueva expansión de la producción manufacturera, que alcanzó su nivel más alto en 22 meses.
Cifras de actividad manufacturera en Estados Unidos
A su vez, el ritmo de creación de empleo también se aceleró, pero el crecimiento de los nuevos pedidos se moderó, aunque siguió creciendo por tercer mes seguido.
Ese último incremento fue “sólido”, si bien estuvo por debajo del dato registrado en febrero. El total de nuevos pedidos creció más rápidamente que las encargos para exportar, que solo aumentaron “levemente” en marzo.
Además, las empresas manifestaron, por lo general, su preferencia por reducir inventarios al estar bien aprovisionadas y por mejorar el ‘cash flow’. La actividad de compra y las existencias, tanto de insumos como de productos acabados, se redujeron tras los aumentos registrados en febrero.
En cuanto a la inflación, se registraron subidas más acusadas tanto de los costes de los insumos como de los precios de producción.
Las empresas norteamericanas confían en que la producción aumente a doce meses vista gracias a las expectativas de mejora de las condiciones económicas, las campañas de marketing y al refuerzo de la capacidad productiva.
“El aumento del gasto de capital también ha impulsado los pedidos de maquinaria y equipos, una señal más de la confianza de las empresas en las perspectivas”, ha explicado el economista jefe en S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson.
El analista ha señalado que los niveles de demanda fueron “esperanzadores”. No obstante, ha recordado que el repunte de la inflación de producción, que ha subido por cuarto mes consecutivo y al ritmo más rápido en once meses, está “muy por encima” de tiempos prepandémicos. Este fenómeno fue especialmente acusado en los bienes de consumo.