La decisión de llevar a cabo una bajada de las tasas mayor a la esperada mostraría la preocupación de Pekín por un mercado inmobiliario sumido desde hace más de dos años en una crisis que parece no tocar fondo, así como su intención de seguir impulsando medidas para reavivarlo.
El Banco Popular de China (BPC) anunció este martes una rebaja de 25 puntos básicos, desde el 4,2% hasta el 3,95%, en la tasa referencial para créditos (LPR) a cinco años o más, el tipo de interés de referencia para muchos bancos a la hora de marcar los precios de sus préstamos hipotecarios.
Aunque los analistas esperaban una rebaja este mes -la primera desde junio del año pasado-, sus pronósticos la situaban en unos 15 puntos básicos, es decir, hasta el 4,05%.
Se trata, además, del mayor recorte a este indicador desde que las autoridades chinas inaugurasen el sistema de las LPR en 2019.
Los expertos también esperaban que el tipo de interés de referencia del BPC, la LPR a un año -de referencia para fijar el precio de los nuevos créditos, generalmente para empresas, y de los de interés variable que están pendientes de devolución-, se redujese desde el 3,45% hasta el 3,3%, pero la institución la mantuvo intacta por séptimo mes consecutivo.
En la actualización mensual que divulga en su página web, la institución indicó que ambas tasas se mantendrán en el citado nivel hasta, al menos, dentro de un mes.
La última rebaja de tipos acometida por el BPC databa de agosto del año pasado, cuando la LPR a un año pasó del 3,55% al actual 3,45%, una decisión más prudente de la que anticipaban entonces los analistas, que apuntaban a una bajada de 15 puntos básicos.
Sin embargo, en una situación inversa a la de hoy, la LPR a cinco años no experimentó cambio alguno en aquella actualización: su última variación se había producido dos meses atrás, al descender desde el 4,3% hasta el 4,2% que se había mantenido hasta ahora.
Un cóctel de medidas
La decisión de llevar a cabo una bajada mayor a la esperada en la LPR a cinco años mostraría la preocupación de Pekín por un mercado inmobiliario sumido desde hace más de dos años en una crisis que parece no tocar fondo, así como su intención de seguir impulsando medidas para reavivarlo.
La iniciativa “tiene claramente por objetivo prestar apoyo al mercado inmobiliario”, apuntan los analistas de Capital Economics Julian Evans-Pritchard y Zichun Huang, quienes creen que, por sí misma, no revivirá las compras de viviendas, ya que las tasas hipotecarias -que, a finales de 2023, sumaban unos 38,2 billones de yuanes (5,3 billones de dólares, 4,9 billones de euros)- ya han caído casi 200 puntos básicos desde finales de 2021 sin evitar una caída de las ventas.
No obstante, la consultora británica cree que, unida al aumento del crédito para promotoras, sí “debería ayudar a reducir algo la presión” sobre el maltrecho sector, ya que considera que el mayor obstáculo es la falta de confianza en la capacidad de esas empresas para completar y entregar las viviendas vendidas sobre plano.
Louise Loo, de Oxford Economics, apunta específicamente al programa mediante el cual bancos estatales habrían designado unos 8.000 millones de dólares -menos del 0,5% de la deuda total estimada del sector- para préstamos a miles de promociones incluidas en ‘listas blancas’ gubernamentales según criterios de viabilidad.
La analista cree que la decisión de hoy es una muestra del diagnóstico de Pekín sobre la crisis inmobiliaria y sobre su intención de “dirigir una senda de corrección controlada y ‘en forma de escalera"”, no solo en materia de entrega de viviendas sino también de reducción de inventario sobrante de los libros de cuentas de las promotoras de propiedad privada.
¿Un recorte más en 2024?
En cualquier caso, dada la inacción sobre las LPR a un año, Capital Economics ve al BPC “reticente” a llevar a cabo los “recortes cuantiosos y generalizados de tipos” que, en su opinión, se necesitarían para “impulsar una fuerte aceleración del crecimiento del crédito y, por tanto, de la actividad económica”.
Evans-Pritchard y Huang creen que el BPC llevará a cabo al menos otra rebaja de tipos a lo largo de este año y pronostican que, si bien las medidas de flexibilización monetaria “seguirán dando un cierto alivio a las empresas endeudadas y a los hogares”, su capacidad para impulsar la economía a nivel general será “modesta”.
El sector inmobiliario, que según las estimaciones de algunos analistas llegó a suponer en torno a un 30% del PIB de la segunda potencia mundial si se incluyen factores indirectos, es uno de los grandes frentes que tiene abiertos Pekín a la hora de volver a reavivar una economía que no ha terminado de brillar como se esperaba tras el final de los años del ‘cero covid’.
Otros factores de relevancia para los analistas que tratan de explicar la coyuntura en el gigante asiático son la baja demanda nacional e internacional, la amenaza de la deflación, una falta de confianza en el seno del sector privado o estímulos hasta ahora considerados insuficientes.
Acerca de esto último, los expertos consideran que el BPC está actuando con cautela ante la divergencia con otras potencias -donde la tendencia de los tipos ha sido al alza para contener la inflación- y la consiguiente presión sobre el tipo de cambio de la divisa nacional, el yuan.