El Gobierno, tras intensas semanas de debates, cedió en su postura y tal como lo dejó entrever hace unos días el ministro de Hacienda, Mario Marcel, acogió la idea de la Democracia Cristiana (DC) de amoldar la fórmula del “3 y 3” en el contexto de la reforma de pensiones.
¿Qué significa eso? Que del 6% de cotización adicional que plantea el Ejecutivo, la mitad iría a la cotización individual y la otra mitad a un seguro social.
La indicación, por tanto, quedaría estampada en la reforma previsional, la cual durante la presente jornada debería ser votada en la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja hasta su total despacho.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, explicó que el 3% que se destinará al seguro social permitirá entregar una garantía de 1 UF por cada 10 años cotizados.
El seguro social, agregó, “no es para otras personas”, sino para quienes “cotizando tienen pensiones que no les alcanza” (para vivir).
La autoridad complementó que será primordial compensar las diferencias entre las expectativas de vida entre hombres y mujeres que hay en nuestro país “y que resultan muy complejas para las mujeres dado su bajo nivel de cotización, menores salarios y menor empleabilidad”.
Pese a este guiño del Gobierno (patrocinio de la fórmula “3 y 3”), la complicación continúa siendo que los parlamentarios voten en contra de la idea de legislar la reforma (como ocurrió con la reforma tributaria).
Si eso ocurriese, Jara indicó que la discusión sobre este tema quedará congelada hasta un año más.
“Si bien pueden persistir diferencias en materias particulares, lo cierto es que votar la idea de legislar es fundamental para que pueda haber una reforma previsional en el país”, mencionó.
Y sobre un escenario adverso, la ministra dijo que “dado el tiempo que ha transcurrido, cerca de 10 años, nos parece que sería muy difícil de comprender por la ciudadanía”.