La poca llegada de nuevas unidades, junto a un menor consumo y acceso a financiamiento -más una industria de repuestos prácticamente paralizada- hace que el parque automotriz venezolano prenda sus intermitentes de alerta, advirtiendo sobre una situación que, incluso, puede significar un peligro para quienes circulan por las calles de Venezuela.
Viajar a Cuba, en ciertos aspectos, es como subirse a la Tardis de Doctor Who y trasladarse al pasado a la década de 1950, con automóviles de esa época que todavía recorren las calles de La Habana.
Dado lo complicado que es internar nuevos vehículos debido a las diversas restricciones, una gran parte de los habitantes de la isla se han tenido que habituar a conducir algunas de estas reliquias antiquísimas.
Sin embargo, y tal como lo anuncia el titular, en esta ocasión veremos la situación de Venezuela, donde si bien el parque automotor es mucho más actual que el cubano, también comienza a resentir la poca llegada de nuevas unidades al país latinoamericano; más el bajo nivel adquisitivo de sus habitantes, que impide mantener en buenas condiciones los vehículos que circulan.
Una industria golpeada
Según indicó a Agencia EFE el presidente de la Cámara de Fabricantes de Autopartes (Favenpa), Omar Bautista, históricamente llegaban 100 mil vehículos anuales a Venezuela.
Pero en los últimos siete años el volumen se ha reducido drásticamente, solo a una media de 5 mil unidades. Por otro lado, cerca de unos 4,05 millones de vehículos presentes en el país ya comienzan a mostrar el impacto del paso del tiempo.
“El parque automotor requiere su recambio. Incluso, algo más del 70% de automóviles tiene más de 15 años“, señaló Bautista, quien añadió que solo el 10% del total existente en Venezuela posee menos de 10 años en circulación.
Y a esto se une que, debido al menor poder adquisitivo de los habitantes del país sudamericano, y por ende la menor compra de repuestos, aquellos autos que se mueven por las calles del país muchas veces no están en óptimas condiciones.
Peligros por falta de mantenimiento
Tal como establecen las distintas normativas de tránsito a nivel mundial, los vehículos deben estar en ciertas condiciones para poder circular de forma segura.
Esto se traduce en un sistema de iluminación, frenos, suspensión y dirección funcional, emisiones en un rango que permita la ley vigente, entre otros aspectos.
Lamentablemente, y debido al impacto que la crisis económica en Venezuela ha tenido sobre los bolsillos de las personas, estas reparaciones -muchas veces simples y rápidas- quedan pospuestas, haciendo que una gran cantidad de automóviles circulen sin “una buena condición”, como señaló Bautista.
Y para peor, muchas unidades “no tienen luces y transitan en las noches en autopistas”, siendo un “serio peligro no solamente para los pasajeros, para el conductor, sino para los vehículos que circulan alrededor de ellas”.
Tal como detalló Agencia EFE, actualmente la industria de repuestos para el automóvil se encuentra con el 73,2% de su capacidad paralizada, según datos de la Confederación de Industriales (Conindustria), afectando a un parque motor que posee un promedio de antigüedad de 22 años.
A pesar de esto, las ventas de autos suben en Venezuela
Aun con el panorama gris que enfrenta esta industria, desde Favenpa prevén “un incremento importante” de ventas para este 2023, donde esperan cerrar con unas 7 mil unidades comercializadas, o lo que es un 7% arriba del promedio histórico.
Y según datos entregados a EFE por la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez), entre enero y octubre se vendieron 5.666 vehículos, lo que representa un 97,6% respecto al mismo período del año anterior (2.867).
Además, Bautista espera que el crecimiento del sector continúe en 2024 (aunque sin recuperar los niveles anterior), dado que personas con más poder adquisitivo, junto a “las empresas que compran vehículos para sus ejecutivos, están comenzando a cambiar” sus unidades.
Pero, señala también que “no hay política de financiamiento bancario” para las compras de vehículos, siendo que anteriormente entre un 70% y 80% de las ventas eran mediante financiamiento, pero que actualmente “eso no existe”.
Finalmente, desde la Cavenez advirtieron que ahora “no hay suficiente mercado” para “hacer las inversiones” en ensamblaje de vehículos particulares, golpeando más el sector automovilístico nacional.
A modo de ejemplo, citan cómo entre enero y octubre, se ensamblaron solo 47 unidades, todas camiones, representando una contracción del 24% menos respecto a las 62 del mismo período del 2022.