En Argentina, a pocos días de la segunda vuelta presidencial -que se celebrará el 19 de noviembre y donde se definirá si Sergio Massa o Javier Milei será el próximo presidente del país- el dólar paralelo (o ‘blue’) subió hasta los $1.000 pesos argentinos.
A ese tipo de cambio es al que se vuelcan los ahorristas ante las restricciones para acopiar divisas en el mercado oficial. Se consigue en el mercado negro.
El precio del blue contrasta con la cotización oficial de 368,5 pesos por dólar para los minoristas, quienes también tienen acotado el acceso al mercado cambiario.
En paralelo, el gobierno argentino puso fin este miércoles a la “congelación” del tipo oficial de cambio mayorista del dólar, que quedó en 350 pesos desde el 14 de agosto, después de las elecciones primarias.
El Banco Central dio comienzo hoy a una depreciación del tipo de cambio, que pasó a 353,05 pesos por dólar, según las primeras posturas informadas por los operadores, poco más de 3 pesos (1%) después de haber estado congelado tres meses.
Mientras el mayorista se mantuvo quieto, la inflación corrió a dos dígitos mensuales -12,4% en agosto, 12,7% en septiembre y 8,3% en octubre, alcanzando un 142,7% interanual-, por lo que el gobierno convalidó que se atrasara en términos reales generando la expectativa de un salto cambiario mayor.
El Ejecutivo sorprendió con una subida del 22% del tipo de cambio mayorista al día siguiente de las primarias, en las que el libertario Javier Milei -el candidato a la Presidencia que compite con el actual ministro de Economía, el peronista Sergio Massa- fue el líder más votado, en un intento por reducir la brecha cambiaria respecto al paralelo, que supera el 200%.
Pero el salto cambiario pasó a precios y el gobierno lo mantuvo estable desde entonces.
Tanto Massa como su viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, habían anticipado el movimiento de este miércoles y una depreciación del 3% mensual.
El tipo de cambio mayorista es el que utilizan importadores y exportadores para operar y cuyo acceso es muy complicado debido a las fuertes restricciones cambiarias que aplica el gobierno de Alberto Fernández debido a la escasez de divisas.
El mayorista contrasta con los tipos de cambio financieros -que se operan vía compra y venta de bonos- que este martes cerraron en torno a los 870 pesos.