El Banco Popular de China (BPC) está manteniendo la volatilidad del yuan en mínimos desde 2010, lo que podría acumular presión sobre la divisa nacional, informa este lunes Bloomberg.
El banco central de la nación asiática mantuvo prácticamente intacta su tasa de cambio de referencia -su principal herramienta para guiar el valor del yuan- pese a los repuntes de la semana pasada ante la debilidad del dólar.
Tras tocar mínimos de los últimos 16 años frente a la moneda estadounidense, la institución ha intervenido este año para frenar la devaluación, aunque Bloomberg advierte de que, a lo largo de la última década, cuando la volatilidad del yuan ha caído a niveles similares a los actuales, a menudo se ha producido después un movimiento “considerable”.
Pese a que la economía china se beneficia en cierta medida de un yuan más débil -por ejemplo, abaratando las exportaciones-, analistas citados por ese medio apuntan que Pekín no quiere dar el mensaje de que está permitiendo la depreciación, ya que esto podría traducirse en un descenso todavía más acusado del valor de la divisa y unas mayores fugas de capitales.
Ahora, los inversores estarían esperando a un evento que actúe como catalizador para desbloquear al yuan, que podría pasar por las autoridades chinas redoblando sus políticas de flexibilización monetaria o por un repunte del dólar.
“Esta política de divisas no tiene sentido a nivel fundamental (…) y tendrá que terminar tarde o temprano”, advirtió Alvin Tan, analista de RBC Capital Markets, quien aseguró que mantener una suerte de “paridad” en el nivel de 7,3 yuanes por dólar no es sostenible.
A lo largo de 2023, el yuan ha perdido un 5 % de su valor frente a la moneda estadounidense, lo que lo sitúa como tercer peor desempeño de la región tras el yen japonés y el ringit malayo.