La hiperinflación que presentó la nación caribeña entre 2017 y fines de 2021, llevó a que sus ciudadanos usaran de manera no oficial el dólar, en un intento por proteger sus ingresos.

El pueblo venezolano sigue viviendo las consecuencias de una inflación altísima, alejada incluso de la de Argentina, la 2da mayor del continente.

Según estimaciones del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), ente compuesto por economistas y expertos al margen del Banco Central (BCV), la nación caribeña registra una inflación anualizada del 429%.

Solo en el primer semestre del 2023, los precios mostrarían un aumento del 100,8%.

“Esto indica que el proceso inflacionario persiste a pesar de los esfuerzos por anclar el tipo de cambio”, señaló el OVF.

Solo en junio, los precios se encarecieron 8,5 % en promedio, con variaciones que incluyen 19,5 % de aumento en el sector servicios, 6,9 % en el alquiler de viviendas, 7 % en alimentos y bebidas no alcohólicas y 9,1 % en gastos relacionados con el transporte.

Asimismo, los costos en el área de la salud se incrementaron 7,2 %, el vestido y calzado subió 7,8 %, la educación 8 %, los restaurantes y hoteles 8,7 % y el esparcimiento 9 %.

La inflación del sexto mes del año supera la reportada en mayo, cuando cerró en 7,6 %, de acuerdo al OVF. El BCV, el único ente oficial para comunicar el comportamiento de la inflación, no sigue ninguna periodicidad para difundir estos reportes.

Según la última publicación del grupo, hecha el pasado 19 de junio, el país acumuló un 96,3 % de incremento en el precio de los productos y servicios en los primeros cinco meses del año.

En diciembre de 2021, Venezuela salió de una hiperinflación en la que entró en 2017 y que por cuatro años redujo el valor del bolívar, la moneda oficial, así como la confianza de los ciudadanos en ella, por lo que adoptaron de manera no oficial el dólar en un intento de proteger sus ingresos.