El Banco Central (BC), en su Reunión de Política Monetaria de junio de 2023, decidió mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 11,25%.
El anuncio, en línea con las expectativas de los expertos, contó con los votos favorables de la Presidenta del BC, Rosanna Costa, junto a los consejeros Alberto Naudon y Luis Felipe Céspedes.
Por otro lado, el Vicepresidente del Consejo, Pablo García, y la consejera Stephany Griffith-Jones, se mostraron favorables a una reducción de 50 puntos base.
La Tasa de Política Monetaria corresponde, valga la redundancia, a la tasa con la cual el BC le presta a los bancos comerciales y que, a su vez, influye en las tasas de los diversos productos financieros del resto de entidades, como créditos hipotecarios, comerciales, de consumo, entre otros.
También se considera una herramienta esencial para contener la inflación, la cual alcanzó durante mayo el 8,7% anual con una variación mensual del 0,1%.
Argumentos que motivaron la decisión del Consejo
El comunicado emanado del Banco Central enumera varios de los aspectos que motivaron la decisión del Consejo.
“En el plano externo, la inflación ha seguido descendiendo, pero la inflación subyacente lo ha hecho de forma más lenta. Los datos de actividad del primer trimestre superaron lo esperado, en especial en China. No obstante, las perspectivas de crecimiento mundial para este y el próximo año se mantienen débiles”, se lee al inicio del texto.
Respecto a los mercados internacionales, destacan lo “mixto”, con países desarrollados mostrando aumentos acotados de las tasas de interés, contrario a los países emergentes.
En lo local, el ente emisor visualiza movimientos “alineados con expectativas de que la política monetaria irá reduciendo su nivel de restrictividad”, con tasas en el corto plazo reducidas y el tipo de cambio a dólar fluctuando en torno a los 800 pesos.
La actividad y la demanda han evolucionado según lo esperado por el Consejo, mientras que la inflación total y subyacente ha disminuido, también en las expectativas del organismo.
“Respecto de las expectativas de inflación a dos años plazo, tanto la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) como la Encuesta de Operadores Financieros (EOF) se encuentran en 3%. La Tasa de Política Monetaria se ha mantenido contractiva por varios trimestres, lo que ha contribuido de forma relevante a la baja de la inflación. Si bien los riesgos en torno a esta persisten, se han ido equilibrando”, añaden.
Por último, el Consejo estime que la evolución de la economía “apunta en la dirección requerida”, y de mantenerse la tendencia, la tasa comenzaría un proceso de reducción en el corto plazo, con una magnitud y temporalidad basada en el desarrollo del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación.
“El Consejo reafirma su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran”.
Diversos actores se mostraban a favor y en contra de mantener la tasa
Esta decisión viene precedida por una serie de declaraciones, tanto a favor de mantener la TPM como de la reducción de la misma.
Desde el Grupo de Política Monetaria (GPM), declararon que el Banco Central debería mantener la tasa, además de considerar un ciclo de recortes en el corto plazo. Esto último siempre y cuando los datos muestren que el comportamiento de la inflación sigue consolidado a la baja.
Por el contrario, Roberto Zahler y Rodrigo Vergara, ambos ex presidentes del ente emisor, consideraron necesario el recorte de la tasa, y en caso de que se siga dilatando se puede generar un “sobre ajuste” de la economía durante el 2do semestre.