Para dar continuidad a su programa, el presidente Boric ayer en la Cuenta Pública señaló que persistirían con la idea de que un nuevo pacto fiscal vea la luz. Reiteró que los recursos para ejecutar otras medidas dependen de esa reforma.

Ayer el presidente Gabriel Boric comunicó su segunda Cuenta Pública; y en línea con lo comentado por su administración previamente, dejó claro que contar con una Reforma Tributaria es “clave” para desarrollar su programa, cumplir promesas de campaña y financiar proyectos de carácter social.

Hay reformas, dijo, “que para la ciudadanía son urgentes”.

Las iniciativas de programa que delineó Boric con sus asesores al lanzar su candidatura presidencial, estaban aparejadas a la aprobación de un nuevo marco tributario que permitiera aumentar la recaudación en cuanto a montos y procedencia; y también cambiar la distribución de la riqueza.

Sin embargo, cuando pusieron esto último sobre la mesa, el Gobierno sufrió su primera gran derrota en el Congreso: la Cámara Baja ni siquiera aprobó la idea de legislarla.

Pero ¿qué planteaba la Reforma Tributaria?: en términos generales, abordaba modificaciones profundas al Código Tributario, impuesto a la Renta y otros cargos impositivos, junto con la aplicación de nuevas normas antielusión y evasión fiscal.

El aumento de la Pensión Garantizada Universal, el alza de recursos para salud primaria, el análisis sobre cómo abordar la deuda del CAE, el pago de la deuda histórica con los profesores, el financiamento regional, la reforma previsional y entrega de subsidios estaban “amarradas” a la inyección de recursos que emanarían con el proyecto en marcha.

Rechazo a la Reforma Tributaria

Si bien en las comisiones respectivas del Congreso el texto se fue ajustando y negociando; claramente no logró convencer a los parlamentarios, en su mayoría de oposición.

Las críticas -tanto de la oposición como del empresariado- apuntaban a que el cargo impositivo que planteaba el Ejecutivo bloquearía la inversión, afectaría las arcas de las compañías de diversos tamaños (sobre todo las Pymes) y a la generación de empleo. La consecuencia sería “un menor crecimiento económico”.

El mercado de capitales, conforme a las críticas, también hubiese salido “trasquilado”, considerando también las secuelas que dejaron los retiros de fondos de pensiones.

Otro punto de discordancia tenía relación con la reducción de exenciones; y gravar el ahorro y el patrimonio, esto último, como un complemento al impuesto a la Renta.

Para dar continuidad a su programa, el presidente Boric ayer en la Cuenta Pública señaló que persistirían con la idea de que un nuevo pacto fiscal vea la luz.

“Ni este Gobierno ni ningún otro podrá avanzar responsablemente en materializar derechos si no es con una reforma tributaria”, afirmó.

La propuesta será presentada a fines de julio en el Senado.

Eso sí el ministro de Hacienda, Mario Marcel, precisó este jueves que el proyecto será “reformulado”.