“La unidad es distinta a la unanimidad”, admitió en una conferencia de prensa el líder de la minoría progresista en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, quien recalcó que tanto el presidente, Joe Biden, como su equipo negociador “lo han hecho lo mejor que han podido” a la hora de sellar el pacto alcanzado el fin de semana.
El acuerdo entre la Casa Blanca y los conservadores para elevar el techo de deuda superó el martes su primer obstáculo legislativo después de que el Comité de Reglas de la Cámara Baja permitiera su debate a partir de este miércoles en el hemiciclo.
“Voy a apoyar esa legislación sin dudas, sin reservas ni miedo no porque sea perfecta, sino porque no podemos dejar que la perfección sea enemiga de lo bueno”, añadió Jeffries, quien espera de los republicanos una postura acorde.
En su opinión, el proyecto de ley evita un impago de la deuda que resultaría “devastador” para la economía y perjudicaría a millones de estadounidenses.
“La cuestión es si los republicanos decidirán unirse a nosotros y hacer lo correcto. El hecho de que todavía no sepamos si hay los votos necesarios, de que (ellos) dependan de los demócratas para evitar el desastre, es reflejo del extremismo que se ha apoderado del Partido Republicano”, criticó.
El ala más progresista del bando demócrata no ha escondido sus reticencias sobre los recortes propuestos, pero el liderazgo del partido insta a poner el foco en lo importante: impedir la primera suspensión de pagos de la historia del país el 5 de junio, fecha en la que el Departamento del Tesoro calcula que se agotarán las reservas.
También los republicanos intensificaron hoy sus esfuerzos para que la ley salga adelante y, en una llamada con la prensa, insistieron en la importancia de aprobarla.
Su “número tres” en la Cámara Baja, Elise Stefanik, afirmó que “la realidad es que esta es la mayor disminución del déficit en la historia”.
“Y esta es la primera vez en más de una década que año tras año el gasto está bajando. Esta es una victoria y esperamos que tenga un fuerte apoyo”, subrayó.
Stefanik aseguró que “hay un amplio y sólido apoyo”, incluido desde el Freedom Caucus, la vertiente más derechista republicana.
Por su parte, la congresista por Indiana, la también conservadora Erin Houchin, coincidió en que “esta reducción histórica en el gasto” es “un logro de los republicanos”.
La Administración de Biden no quería concesiones en los requisitos laborales para acceder a prestaciones y “quería quitar el techo de la deuda sin ceder”, señaló Houchin.
“Lo hemos logrado -apuntó-, pues la existencia de estos requisitos es una parte importante del crecimiento de la economía”.
Houchin hizo así referencia al endurecimiento de los requisitos de trabajo para las personas que acceden a planes sociales, contemplado ahora en ese proyecto de ley que, tras su eventual aprobación en la Cámara de Representantes, continuará su tramitación en el Senado antes de llegar al despacho de Biden para ser promulgado.
“Aunque a la Cámara Baja todavía le queda trabajo, los senadores deben estar preparados para hacer avanzar este proyecto de ley rápidamente en cuanto le toque al Senado actuar”, dijo este miércoles el líder de la mayoría demócrata en ese hemiciclo, Chuck Schumer.
Un ansiado borrador
El inicio del debate en la Cámara Baja está pactado para las 14.00 hora local y se espera que los últimos votos de la jornada se produzcan hacia las 20.30 hora local, lo que no significa que el borrador vaya a ser votado necesariamente hoy.
De ser aprobado en la Cámara Baja, bajo control republicano, el plan pasaría al Senado, dominado por los demócratas, para su visto bueno antes de acabar en el Despacho Oval para la firma de Biden.