El Gobierno sufrió una dura derrota legislativa en la Cámara Baja: los parlamentarios rechazaron la idea de legislar la reforma tributaria, uno de los proyectos emblema del programa del presidente Gabriel Boric y que funcionaría como uno de los pilares para varias de las metas de su gestión.
La iniciativa necesitaba 78 votos en total, pero obtuvo 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones, no alcanzando así el quórum para avanzar en su tramitación.
Las tres abstenciones, que se sumarios como sufragios en contra, fueron de los diputados Gaspar Rivas, Andrés Jouannet y Enrique Lee.
En los debates previos a la votación, parlamentarios manifestaron las dudas que les generaba ciertas “letras chicas” del proyecto. Quien apuntó a ello, por ejemplo, fue el diputado independiente René Alinco.
En específico, explicó que “las consecuencias de esta reforma las iban a sufrir las Pymes”. También criticó que no existieran medidas para las regiones y zonas extremas del país.
En eso último también coincidió Rubén Darío Oyarzo (PDG), que opinó que la reforma tributaria no abordaba la informalidad, ni incentivaba la inversión y que afectaría directamente a la clase media.
Miguel Mellado (RN), por su parte, señaló que el proyecto carecía de equilibrio entre crecimiento y recaudación.
En paralelo, la iniciativa recibió respaldos de los congresistas oficialistas, entre ellos Boris Barrera (PC), Mercedes Bulnes (Ind.) y Jaime Naranjo (PS).
En los análisis del texto, el primero expresó que la reforma era un pilar fundamental para concretar avances sociales, las “demandas del pueblo”. En la misma línea, Bulnes, señaló que era importante avanzar en la materia para “hacerse cargo de demandas ciudadanas”.
La diputada destacó la progresividad de la propuesta, mientras Naranjo remarcó que ayudaría “a pagar la deuda social del país”.
La reforma tributaria abordaba modificaciones profundas al Código Tributario, impuesto a la Renta y otros cargos impositivos, junto con la aplicación de nuevas normas antielusión y evasión fiscal. Tras la derrota sufrida en la Cámara Baja, el Gobierno podría ahora insistir con el proyecto en el Senado.