La aerolínea portuguesa TAP decidió cancelar 360 vuelos el 8 y 9 de diciembre ante la huelga convocada por los tripulantes de cabina, que afectará a 50.000 clientes y tendrá un impacto financiero de 8 millones de euros en la empresa.
La medida fue anunciada este miércoles por la consejera delegada de TAP, Christine Ourmières-Widener, que explicó en rueda de prensa en Lisboa que la aerolínea no podía esperar a saber si el Sindicato Nacional del Personal de Vuelo de la Aviación Civil (SNPVAC) decide finalmente cancelar la huelga.
El SNPVAC tiene planeada una asamblea para el 6 de diciembre, lo que dejaría sólo un margen de maniobra de dos días para que TAP decidiese cómo afrontar el paro.
“Si no actuamos ahora, hacerlo dos días antes (…) tendrá un gran impacto para los clientes”, aseguró Ourmières-Widener, que afirmó que la prioridad es “proteger a los clientes”.
TAP ya había recomendado a sus clientes que cambiasen los vuelos comprados para el 8 y 9 de diciembre a otras fechas, a coste cero, medida a la que ya se han acogido el 25% de los pasajeros.
50% de la operación cancelada
La cancelación, que afecta al 50% de la operación programada por el grupo TAP para esos dos días, tendrá un impacto estimado en las cuentas de la empresa de 8 millones de euros.
Los vuelos afectados tenían una ocupación media del 60%.
La consejera delegada aseguró que, con esta decisión, quieren proteger a los clientes pero también la imagen de Portugal.
“Tenemos el deber de proteger la imagen del país”, defendió Ourmières-Widener, y prefieren evitar que esos días queden imágenes de caos en los aeropuertos con miles de pasajeros afectados.
Aun así, la líder de TAP consideró que la cancelación no tendrá tanto impacto en la imagen de la empresa de cara a su proceso de reprivatización, ya que no es la única aerolínea europea con dificultades y “está pasando en todas partes”.